Si pasan a leer este post directamente antes que los otros, quizás tenga sentido, quizás no. Es una entrada del blog, y no todas tienen una continuidad, aunque intento que así sean. En todo caso, el tema es el mismo, la música, como escribirla, dibujarla, o entenderla a ciertos niveles más allá de la apariencia.
En todo caso, una primera cuestión que se plantea al entender la música es entender una hoja que tiene música escrita, de aquí la cuestión que me lleva a hablar de la traducción de sentido que tienen las grafías que significan notas. Grafías que por cierto no tienen por qué ser GRAFÍAS si pueden ser ICONOS o COLORES...
Por grafías podemos entender más cosas que letras, y la historia de la música aporta ilustres ejemplos, y si no ilustres, al menos ilustraciones.
Neumas:
Los neumas tienen la dificultad que hemos hablado, son signos que imitan lo que hay que hacer cantado, pues el sentido de la escritura es uno, y de izquierda a derecha el trazo que sube / tiende a subir, y el motivo en N es un giro de subida y bajada, por lo que podemos decir que insinúan las alturas y la melodía de forma fragmentaria, vean otro en forma de U, oro que desciende \ ...
Aparentemente esta forma de representar puede parecer encriptada, pero es todo lo contrario, pues una vez que el sentido de escritura conecta con el tiempo musical y los signos en paralelo se adscriben a las palabras la conexión vinculante es la misma que cuando vemos una canción de Dylan o de otros autores por acordes:
Nos podemos quejar de cualquier sistema de signos, pero en su contexto todos tienen explicación de lo que tienen y de lo que falta.
En la atomización de la melodía del gregoriano no sabemos donde se empieza, pero alguien lo sabrá y tirará del coro, como alguien sabe las melodías de estas canciones modernas que solo aclaran la armonía. Desde otro punto de vista, la armonía es un decoro que se puede sustituir, pues para una nota entran tres posibilidades de función en un acorde de tríada. Si la canción está bien sacada la armonía compás a compás, o como sea, nos llevará en volandas para poder encajar la melodía, que hay que saberse, porque si no nos pueden salir infiinitas en 8 ó 16 compases. Si la letra de la canción original está rearmonizada puede respetar perfectamente la melodía original, pero a lo peor nos lleva por otro lado que no es el deseado. Eso no sucedería si sabemos bien la canción (melodía de la letra), pero ¿y si no la sabemos?
Luego, el colchón de los acordes originales ayuda a encajar la melodía original por inercia natural, cuando no tenemos mucha idea de lo que ronda en las canciones, pero también hay que afinar. Más, si no sabemos el ritmo de la letra, inventaremos los fraseos, pausar, largas y cortas, apresurándonos, esperando donde no hay que esperar, o conectando palabras que van seguidas por no ver una coma por el medio, ...
Es evidente que es muy diferente una escritura detallista y explícita que una más dejada. Sin embargo, esto es tan simple como cuando vamos al supermercado y nos escribimos la lista de la compra en un papelito: no ponemos buena letra, nos sirve a todos los fines. Y, muchas veces vamos a comprar sin hacer lista porque tenemos claro lo que vamos a comprar, o improvisamos la compra..., pero me refiero más al primer caso de compra, cuando no hace falta anotar aquello de lo que te vas a acordar.
La notación neumática tiene la fama de ser una notación poco explícita o gnemotécnica, y sin embargo es detallada hasta el punto en que todas las sílabas tienen el signo de su nota o su melisma, claro que no tiene armadura, no tiene compás, ni hace falta cuando el ritmo es prosódico, ... y otro tipo de ausencias que se echan de menos en el pentagrama moderno. Más, basándose en la melodía, es normal que no tenga acordes y que apoyándose en melodías sabidas y escalas o modos diatónicos, solo concentre el esfuerzo en saber si ha de subir, bajar o seguir todo recto.Nos podemos imaginar que es poco menos que lo que transmite un copiloto de rallys al piloto (que ve la carretera). Quizás la metáfora idónea sea la de que pilotara a un ciego casi a velocidad constante y se le dijera ¡tuerce! pon el volante en el medio = sigue recto = mantente, y gira al otro lado..., para lo que se tendrían que poner de acuerdo que tuerce es a la derecha (por ejemplo) y gira... (la izquierda). A todo esto, se podría ir diatónicamente acertando con la música conociendo la escala y el texto (el camino) sabiendo lo que es subir, bajar, mantenerse, y donde vienen las chicanes o las curvas más cerradas o el salto...
Todos sabemos que en el rally los problemas no vienen porque no se vea la curva, sino porque se frena tarde, o no se endereza a tiempo,... porque tienen que estar todas las señales para que no pase nada. ¿Qué es lo que pasa en la notación neumática? Los signos apuntan a una sola cualidad: las alturas, por lo que podemos decir que las grafías que las acompañan son "unidimensionales". No hay acento, esa es otra, pero lo da la palabra, cosa que va a misa, por lo que es fácil acentuar al deberse la melodía al texto. Luego, al no dar de forma escrito la duración de las notas (que se saben) la escritura parece precaria, o falta de objetividad, pues no cumple con la capacidad de definición que tiene una negra en segunda línea en clave de sol: definición "bidimensional" de la nota. Luego, no vale con medir la nota en dos dimensiones, sino ponerla en su sitio correcto del compás, no sea que torzamos antes de tiempo y nos salgamos de la carretera que es la melodía, pero si se sabe (la ves) o la oyes, tampoco es necesario dibujar tanto. Podemos decir que la notación neumática es compleja porque no la usamos, pero es tan intuitiva como la informática moderna si la comparamos con el uso de los símbolos griegos, que eran más y no precísamente descriptivos.
Se da una curiosa evolución en la historia de la escritura porque cumple por un intento de llegar a la máxima objetividad y al cierre de lo que representa, pero cuando lo consigue se abre a la indeterminación y al poliglotismo. Quizás todo sea porque la música tiene muchas formas de ser sentida y por igual, dado que no se le puede sacar una foto verista única , muchas formas de ser representada.
En la situación de la historia de la música, repito, se han dado múltiples opciones, desde lo que hicieron los griegos (que se sepa ) con su alfabeto, parecido a decir que ABCDEFGA es la escala de La menor, a no lo que hicieron los clásicos con ayuda de la partitura: un signo común (la cabeza ovalada de las notas) en distinto sitio. Claro que para llegar a la redondez de la "redonda", se pasó por varias fases:
Esto manifiesta no que haya habido modas en la representación del sonido, sino una evolución más o menos de sentido común que en la música oficial ha derivado en la notación pautada dentro del pentagrama, añadiendo las claves, barras de compás y muchas más cosas.
Todas estas versiones de escribir-pintar la música (no se pierdan el blog "el lápiz del sonido" porque con ese título no puede estar mal) están a medio camino entre lo simbólico y lo descriptivo, pues es verdad que somos capaces de describir las alturas, pero el tiempo(duración) funciona allí donde se percute o se inicia la producción del sonido, lo que hace que en la práctica mucha gente corte antes de tiempo la duración de una nota, pues ya la ha dado, pulsado,... y parece que queda dicha.
Digamos que el beneficio de una buena escritura es que se puede recitar a Shakespeare sin sabérselo, de forma que hay quien no improvisa, pero es capaz de leer música que nunca ha tocado, y quizás para hacerlo bueno correctamente depende de un sistema de signos bastante completo, pues si no se le pierden los matices. Esto da lugar a que otro músico que no sepa leer tenga otras ventajas si se sabe la música de algo de memoria, y si es capaz de imitar lo que vio, oyó, en bastante plenitud, pues en cuestión de estilo, timbre, dinámicas, energía... puede estar más allá de las dimensiones que pueda captar la simbología de una partitura. También hay que ver que la música editada en disco no recurre al perfeccionismo gráfico en la partitura, pues el disco es el que da los matices que completan la información que no se atrapa por los mecanismos visuales de transcripción.Esto hace que no sea necesario aplicar siempre que se registra un punteo de guitarra que sea guitarra distorsionada, y mucho menos un tipo concreto de distorsión..., pues la música del siglo XX, aunque casi se concibe más como "sonido" que como alturas, aún sigue teniendo ese espíritu clásico de ser melodía y descomponerse en figuras: notas con altura y duración..., dentro a mayores de los tópicos del compás y una velocidad que determine el tiempo, pues si no, la corchea podría valer un día entero, ya que, desde Einstein, el tiempo es relativo.
Luego, si el guitarrista clásico tiene que dar una corchea que dure un día, o para ponérselo más fácil las 8 horas de trabajo, tampoco puede dar la nota y que le dure ese tiempo. Es más, puede darla y levantarse de la silla porque ya ha hecho todo lo que podía una vez que se amortigüe la onda. Quizás por respeto al violinista permanezca en el asiento intentando que parezca que está por la labor, de forma solidaria, contribuyendo con el ánimo a que la guitarra mantenga con sus resonancias la corchea que se le murió, pero no podrá hacer mucho si no opta por hacer vibrar la cuerda con un dedo para que no se le muera el sonido, y quizás lo consiga, no con el timbre del ataque, pero sí de otra forma. Más, pensando que había en la partitura la indicación de dar la cuerda al aire, es verdad que una vez que se apague la cuerda, poco puede hacer si no es doblar el mástil apagando el resto de cuerdas, o experimentar con la inducción de un micro que aparezca en el relato... En resumen, el guitarrista tiene un timbre que se apaga, no así el órgano, y no así el violín, que puede conseguir muchas cosas frotando con el arco sus notas duraderas.
Si pensábamos que la duración en la partitura se resuelve convirtiendo las notas en rectángulos (tipo longas) no nos equivocamos al hablar de describir duraciones a las que no les sucede que entra un decay rápido en su timbre, pero quizás si tenemos que describir además de la duración el ataque (attack = fade in), mantenimiento y caída (decay = fade out) de un sonido nos estamos quedando cortos.
Por supuesto que nada de esto hace falta para tocar la música, pues también es cierto que de escribir lo que tiene que hacer el timbre de un piano por ser piano, estamos haciendo una desfachatez, a no ser que imitemos visualmente, porque queramos, lo que hace el piano, quizás por tratar de hacer una analogía o un retrato más detallista de un timbre en un sistema visual ya escrito o cinematográfico, por eso pongo fade-in y fade-out al lado de ataque y caída.
Conclusiones: el sistema del pentagrama no es perfecto, pero bidimensiona la música en dos ejes cruciales que atienden a dos parámetros que se definen de distinta forma: la altura y la duración, y eso no quedaba retratado en la notación neumática no en la griega.
Lo anterior es un cuadro que pretende ser música visual, y sin embargo no está hecho en forma de lectura, pues pretende ser pintura, aunque sea en parte arte digital, pues lleva un procesamiento híbrido.
Dado que le dedico esta entrada al siglo XX lo añado para separar lo anterior de lo que se dirige a lo actual, pues lo anterior me ha quedado muy antiguo, aunque al hablar de la notación neumática me haya referido a los automóviles, que son del siglo XX y también usan neumáticos.
Comprendo que parece que no viene a cuento, pero son dos productos visuales en el fondo, aunque no tienen nada que ver. Lo que es común es que a la visualidad, como Kandisnky, se puede hacer pintura que se inspire en la música, o se puede ver pintura que, aún no inspirada en la música nos lo parezca.
La escritura musical cuando se parece a la escritura es poesía, y cuando se parece a su dibujo es pintura. El lema en latín es Ut Pictura Ut Poesis y en el fondo es la marca de los porcentajes que llevan las escrituras entre signos arbitrarios y signos motivados. Si hablamos de sistemas de representación el binomio oficial es descriptivo / no descriptivo.
Si analizamos que las notas en música se componen de dos dimensiones, altura y duración, la representación de las notas en música están avaladas en un 50% de forma descriptiva y un 50% de forma no descriptiva, pues las duraciones son simbólicas, más no como símbolos motivados (iconos).
Es decir, esto es el cumpleaños feliz a partir de un código que lleva encriptado un valor de altura en los referentes, y su valor no dibuja la melodía porque ya la tiene intrínseca en los símbolos:
C C D C F E C C D C G F C C C' A F E D Bb Bb A F G F
Los que sepan algo del repertorio infantil básico habrán adivinado que se trata del cumpleaños feliz, pero que el ritmo o las duraciones me las he comido. La "anotación" no es una notación, quizás porque a-notar es lo contrario de notar, ¿quién sabe?, aunque anotar es mejor que no anotar e ir a hacer la compra... con excasez de memoria, lo cual lleve al uso de que anotar y es tomar notas, luego anotar ya es notar (verbo que no existe con la función de /anotar/).
Podría resultar exagerado anotar la letra del cumpleaños feliz para poner las notas encima de sus respectivas sílabas, o al menos apuntar la letra de la canción para cantar la propia letra, pues es algo que sabemos todos. Luego, en la práctica puede quedar más o menos desafinado, da igual, lo importante es la fiesta,... y está en el centro de la tarta. Con todo y eso, se entiende que a tenor de la letra y de lo que es la melodía que lo anterior lleva unos acentos, que por no buscar los símbolos acentuados de la fuente (tendría que salirme del editor de Blogger, cosa que no es problema... y que me habría llevado el mismo tiempo que este paréntesis)los voy a pasar a sílabas:
dó do ré do fá mi dó do ré do sól fa... imitando [cúmple-á-ños fé-liz...]
dó do dó' la fa mí re ... síb sib lá fa sol fá
La situación del acento aclara la correspondencia con las sílabas a las que está asociada la melodía, pero a decir verdad quizás se echan en falta cosas como la duración y parece superfluo que se marque el acento si podemos contar o encajar las notas sin la necesidad de esta aportación que parece un embrollo ortográfico.
Quizás lo sea. O quizás, solo es necesario en algunos grupos ambiguos o entradas, tal vez para dilucidar donde está el primer tiempo del compás...¡quien sabe!
Desde la analogía del color de Newton podemos hacer incluso otra cosa, dado que un color equivale a una nota, para lo que voy a usar solo la o (notación redonda)
OOOOOOOOOOOOOOoOOOOOOOOOO
No hay descripción del metro, solo de las alturas, y me he dedicado a utilizar los recursos de color de Blogger, improvisando unos sostenidos que quizás destacan más de lo que deberían, o no si el criterio es diatónico.No es la primera vez que llego a esta duda a la hora de hacer analogías de color y escalas musicales, pues la solución cromática sí es justa al continuo de los sonidos, pero no a la gramática musical de la música tonal, circunstancia ésta que proclamaría ciertas preferencias.
De tal forma, el signo de Sib tratado en el continuo sería un punto medio entre La y Si, evidentemente, de forma que si La = O (azul que no es índigo) y Si = O (violet), Sib podría haber sido O, y sin embargo he tratado al sonido como a una nota negra del piano, como a un accidente. Esto produce un dilema a la hora de pasar la música a color, pues hay dos visiones: la diatónica y la cromática. De algo así se debieron dar cuenta los que hacían la revista 7 notas 7 colores para cambiarle el nombre a 12 notas 12 colores, curiosamente casi con un reportaje que hablaba de las analogías de la música y el color.
Luego, no es fácil entender a Newton sin pensar que su analogía se basa en el modo dórico o en la afinación justa, y que de esas proporciones y no las temperadas sale el reparto nominal de los siete colores.Por supuesto que hay que pensar que el azul de Newton es más cyan que azul del sistema RBG y que la referencia al índigo es más el B de Blue que otra cosa, pues después ya viene el violeta.El caso es que siete colores regularmente repartidos en un orden no necesitan mucha "afinación" en colorimetría. Sí cuando se quieren hacer las cosas bien, pero la visión de los armónicos del color tampoco es posible, por lo que siete signos (de color) bastan para la empresa de representar siete notas. Otra cosa es que si lo hacemos bien el color canta tanto mejor los saltos que si lo hacemos mal, y si el ojo es sensible tal vez pueda echar de menos las correspondencias cromáticas cuando se aburra de las escrituras diatónicas.
¿Qué pretendo con todas estas propuestas del cumpleaños feliz?, pues demostrar que las grafías pueden pasar de ser muchas a muy pocas con ayuda del color, otra cosa es ¿qué función le damos al color? Pues la clásica de las analogías clásicas (Nota= Color) está petada de soluciones.
Por un lado es más sencillo usar siete colores generalistas y poner un sostenido delante de los que se repiten. Por el otro, lo natural es que al ojo le suene diferente el "color sostenido" que el color "no sostenido", pues en música el sostenido suena, otra cosa es que no tenga nombre propio o espacio propio dentro de la partitura, pues esa es la verdad Sol y Sol# o Solb, con una misma clave se observan en el mismo sitio.
Es decir, que si de la partitura las alturas eran ese 50% descriptivo del sistema, ese 50% en efectivo en 7/12 notas cromáticas que componen el sistema temperado.¿Es un problema grave? Pues... a la objetividad de las frecuencias tal vez, pero a los grados del sistema tonal más bien poco, y al entendimiento de la música en su lenguaje tonal y dentro de la repercusión de una armadura más bien nada.
Lo cierto es que si la partitura que conocemos la usamos con las figuras actuales y los espacios actuales en las proporciones actuales para una representación cromática nos va a ocupar más espacio representar la música de una melodía tonal. Podemos decir por tanto que el sistema clásico está muy bien pensado para resumir las escalas, pues casi toda la música se toca con escalas de siete sonidos (más o menos) y la armadura ahorra el trabajo de sostener las cabezas de las notas que se sostienen siempre.
También es verdad que todos hemos visto o tenido algún pianito que pintaba las teclas de colores, y en mi casa había uno, de Blancanieves y los siete enanitos. La repercusión que tiene el diatonismo es que la música diatónica a veces parece metódicamente iniciática es esto de la música, más no tiene por qué ser así. Es verdad que se controla mejor que la tonalidad de 12 sonidos o una escala be-bop, pero es lo que es: la escala natural.
El uso llamativo del color para los niños es algo recurrente, no solo allí donde hay analogía de notas y colores, sin embargo y sin dejar de ser un reclamo, lo que crea esta asociación es la reiteración ancestral de una metáfora que sepamos empezó con Pitágoras y que generación tras generación suele repetirse.
Si no es diatónicamente, de forma cromática. Más crean que he bajado esta imagen según escribía en el blog, no antes de improvisar el cumpleaños feliz con las oes, tenía en la cabeza a Newton, Lagresille, a mi mismo, y lo que primero conocí en su momento: el piano de enanitos.
En un mundo globalizado y conectado por la cultura cada vez somos más los que nos pica la curiosidad de la sinestesia, de los héroes de las vanguardias y los que detonaron la multiplicidad de las formas en al arte, aunque hayan sido criticados en ese intento.
Y es que en un momento dado en este cuadro de Kandinsky tenemos 12 notas como 12 soles, aunque no sean tintas planas. Quizás esta versión tenga exceso de predominio del rojo, pero son 12 partes, quizás útiles para alguna juerga. Evidentemente, cuando hemos tratado de hacer la analogía de color = nota, a todos nos ha pasado que nos hemos ofuscado en buscar cual es la más apropiada en un debate diatónico / cromático en el que solo piensan los músicos y en un debate CMY / RGB o RYB en el que solo piensan licenciados en Bellas Artes que hayan pasado por Diseño, Pintura y Audiovisuales, o gente muy avispada.
Y añado esto recordando que es distinto pintar el sentimiento que inspira una música que tratar de captar una a una las notas que componen una melodía. Quizás a la forma atómica no le falta validez para decir que tiene el cuerpo de las melodías, pero "de lo espiritual...", tal vez se quede muy lejos. Por esto la abstracción de Kandinsky se llama lírica, porque cuanta algo más que círculos, líneas y ajedrezados sobre un plano. Aunque si no profundizamos solo veremos garabatos, lo que parecen los neumas...
El caso es que yo pienso que Kandinsky era un tipo listo porque no pintaba con colores saturados la mayoría de las veces, y es que aunque sus tonalidades sean muy vivas llevan un poco los armónicos del blanco, lo cual hace que se produzca la consonancia de ese 10% rebajado que les gusta a los decoradores de interiores.
La consideración de los armónicos nos lleva a lo que llaman los pintores las paletas quebradas, claro que también se puede dar el toque común de forma simbólica sin caer en excesivos cálculos.De tal forma, a lo que lleva apuntalar la música en pequeños trozitos de altura y duración es si no a la desintegración de la melodía sí a la desasistencia de la organicidad.
Juan Carlos Sainz, El lenguaje del color. Ed. Blume
Y, a favor de los cuadrados, lo que podemos decir es que encajan perfectamente unos con otros. Mi duda es si la relación cromática de las alturas y el color es la única cosa que se ha tratado de representar bien.
La escritura musical en algunas partes cabecea en blanco, en el comienzo se desliga la voz superior al romper la línea; parece que aparecen aún añadidos los números de la digitación en el pentagrama (cruzados?),....que serán casi seguro erratas, puede que no... En lo general, parece que no cumple el criterio del tiempo más que al principio y que en el acorde del segundo compás no, pero aparece una interesante solución a la apoyatura al final del todo.Lo importante es que expone o interpreta el método de Lagresille, pionero en este tipo de resultados. Luego, dado que se presenta una cosa al lado de la otra también es más una representación de las correspondencias de color, en lo que parece que se ha centrado el ilustrador, que una transcripción fidedigna al 100% de las notas. Lo cierto es que si sabemos el código de color y sabemos la canción, como en esas letras con acordes, podríamos seguir el tema.
Por supuesto, la correspondencia de 12 semitonos ya obliga al hecho cromático, una sinestesia casi obligada en el siglo XX, y que Newton hizo después de la del disco, la más intuitiva y simple, la dórica-justa. Luego, el libro de Juan Carlos Sanz es de cabecera para los amantes a la sinestesia, lleno de datos y observaciones interesantes, e innovador, pero esta ilustración no parece que esté acertada ni por arriba ni por abajo (aunque la escogí al azar).
Si te interesa El color en 'El libro del color' expone los fundamentos y la historia así como esquemas tradicionales y uno suyo propio. Después en 'El lenguaje del color' habla más de las sinestesias. Y el 'Diccionario del color' es un tocho en el que encontrarás de todo.
No conozco los parámetros exactos del sistema de escritura musical de Henry L. pero no es lo mismo escritura que dibujo, y eso se manifiesta en que las duraciones son iguales por todas partes.Es decir, el cumpleaños feliz no lo escribimos de forma intuitiva: Do do re do Fa Mi , ni hacemos
DOO DO REEE DOO FAAA MIII, por ejemplo... como cuando cantamos GOOOOOL!!! que solo hay [ó] pero larga. La escritura musical tampoco estira las duraciones de las notas largas, precisamente porque la forma, el blanco, negro, o las diferentes plicas que acompañan a las cabezas (que indican la altura) concentran ese valor del tiempo.
Como sucede con los ejemplos citados de escritura musical, una cosa es precisar las alturas y otro precisar las alturas y las duraciones. La transcripción de Lagresille vista funciona con el color como letras a la melodía que acompaña (música pura), pero no determina un tipo de escritura musical exacta, al menos en esos ejemplos.
Lo anterior no es una corrección de la escritura, sino un dibujo de la música más definido.
Luego a mayores, Lagresille tiene un sistema que no es lineal y se dibuja en el plano, pero no lo termino de comprender, ni me he puesto con él. Es decir, tiene otro sistema más pictórico y menos literario. Vale la pena citarlo porque el resultado es una aparente abstracción geométrica que no es abstracción, porque concreta música. En general, quizás sea el compás de la música clásica o las frases cuadradas de determinadas estructuras, pero hay un sentir musical de muchas abstracciones reticulares que no tienen por qué significar música ni estar relacionadas con las mismas. A veces nos ponemos ante un Mondrian y parece algo musical, pero si buscamos notas en los colores solo encontramos tres, así que en obvio que es otra cosa.
Más Lagresille, como Newton, no son del siglo XX. El primero sabe más de Thomas Young y de Helmotz que Newton, a Delacroix, ... y otros, y puede superar ciertas tesis, sin quitar mérito a su trabajo.
Llegar a la verdad es cada vez más fácil porque cada generación rasca un poco el misterio de cosas que antes eran inexpugnables. Por ejemplo, sin una base sólida de que color y música comparten naturaleza ondulatoria parece que unir las notas a cromas es un síntoma de enfermedad o un exotismo excéntrico, y no es así.
De todo esto, Kandinsky habla en uno de sus libros de como una pedagoga rusa ya trataba de hacerles entender a niños sordos la música a través de cartulinas de colores, por lo que la tendencia a unir inocentemente la música y el color acompaña a los estudios más serios en el campo.Quizás en un futuro cuando todas estas fiebres de revival vanguardista hayan pasado a la historia la solución más útil sea hacer ilustraciones varias a los públicos que no pueden oír los clásicos, para que no les falten estímulos que aparenten notas, melodías o géneros musicales, pero... es tan difícil llegar a un puerto.
Por ejemplo, la dialéctica que acabo de plantear antes: ¿diatónico o cromático?
Yo tengo claro que escogería diatónico para simplificar la escritura de la música tonal, pero me obligaría a o cromático por la representación de las alturas de una forma un poco más objetiva. En el conservatorio no creo que sea necesario poner sol# más alto que sol para poder cantar bien porque se puede cantar una quinta proponiendo esto: C--G y observen que no me he salido de la línea.
El color lo podemos tener en cuenta pues de forma cromática de manera musical gracias al círculo cromático, pero esto obliga a unas relaciones distintas según pensemos CMY o RGB,... lo que no va a cambiar en estos casos es que las octavas estén unidas por la misma croma.
Podemos ver otra aportación a este estudio cromático en la dirección que hay debajo de esta tabla.
Estudio de Lucas Cobas: http://musiki.org.ar/Afinaci%C3%B3n_y_escala_de_colores
Los datos hilan muy fino en cents, pero lo llamativo en estos estudios que pasan de los 7/4 de la luz visible es que se hace patente que "Rojo" x 2 = "Violeta". Luego, podemos discutir que si el Rojo es Bordo o hay que llamarlo frío, granate o infra..., el caso es que hay dos situaciones distintas en el color: cuando son frecuencias y lo vemos linealmente, y cuando lo vemos dentro del círculo cromático, momento en que conectamos la analogía de la octava como Rojo, Rojo', Rojo'' aunque truquemos la extensión del color con frecuencias que no vemos a través del añadido de blanco (Lagresille, por ejemplo). Los colores pastel de la representación de Bach anterior son estratégicamente las octavas agudas.
Digamos que para un mismo color el truco que yo utilicé en el anterior cumpleaños feliz fue cambiar la mayúscula por la minúscula O vs o, más simbólicamente podría haber usado otra cosa dentro de otro código.
O (grave) o (aguda)
Por otro lado es evidente que la afinación del color requiere su estudio más bien severo, y que hoy disponemos de conocimiento y metodología suficiente para optar a una elección más exacta de los colores que pudieran corresponder a la analogía cromática del color y la escala temperada cromática.
De merecido recuerdo es el trabajo de Henry Lagresille, que no solo calculó los colores en afinación temperada sino también en justa y pitagórica. Un camino que me pude ahorrar al pretender hacer una tesis sobre el tema y ver que ya estaba hecho. Recordamos por ello que en el tema del color en España es pionero en el tema Juan Carlos Sainz, y ha contribuido mejor que nadie al tema del color su estudio y taxonomía en España con el Diccionario del color de Akal.
La diferencia conceptual de Lagresille para determinar el Do contra la tradición del Rojo=Do es que a la frecuencia del Do la multiplicó por 2 hasta caer en el espectro visible, y esto le dio en algún caso que era el Sol#, quizás un cuarto de tono más bajo, según que afinación. El ejemplo anterior partía de Do=amarillo, y es que las correspondencias son poco variables según se calcule, pero mucho según se piense o sienta.
Luego de esto, recuerdo en breve el sistema Lagresille. La tabla sale de un proyecto de Sinestesias de Pilar Azul: http://blog.uclm.es/symolina/files/1992/05/Brandenburg3.pdf
A respecto del color, lo que podemos decir en relación a la música es que por su aspecto nos plantea unas sensaciones que somos capaces de ordenar de forma intuitiva por semejanza. El color del círculo cromático determina un ciclo que nos vale para aparentarlo con la escala cromática, aunque decir que la octava de rojo es rojo' (blanquecino) por homonimia es una solución funcional no realista, pero es que el color visible físico de las frecuencias puras se acaba en la octava.
En una analogía que hice para niños sordos ya introduje unos avances a las escalas visuales que se basaban en la forma y el color, necesidad casi de rigor para solucionar ciertas incongruencias o variables que se producen por la polémica del brillo-croma en la dimensión del color. Pero el estudio de la forma dispara la visualidad a muchos sitios, por lo que de momento me centro en el color, pues el color es la croma, sobre todo, aunque lleva brillo asociado, no lo olviden.
Hoy me he dado un pase por la feria del libro y me he comprado un libro que suena. Es para que aprendan los niños, pero está muy bien, es sencillo, cada nota es una figura y puede que le sirva a aprender a leer de paso a los niños pequeños. Para mi admiración los colores no estaban conectados, por lo que se rompe un poco el sueño de Newton de ver que los colores forman la escala. Sin embargo, esto trae a colación otras cosas de cara a la enseñanza, quizás lo hayan pensado didácticamente así saber corresponder con un sistema de signos otro sistema, y tener que practicar la memoria, pues si los colores van seguidos, las cosas son de madera de pino, y se puede pecar de sencillez. Tampoco pensemos que sea por darle misterio a las cosas, a veces es necesario que un conjunto de signos vaya más allí de lo aditivo: I, II, III, IIII, IIIII, IIIIII, IIIIIII porque si no, la vista se pierde.
En el caso del color no sé que opciones preferentes hay que tener para romper el orden cromático, pero Scriabin ya lo hizo, pensando en las quintas. Lo primero que busqué en el libro-piano que voy a regalar es ¿no estarán por terceras? pero no, tampoco. Y, con todo y con eso, me parece que sirve a su propósito, que es aprender canciones siendo un niño.
Como se aprecia en el teclado, las octavas respetan su identidad en color, pero el orden no es el natural, algo que en la rueda de quintas de Scriabin también sucede. Los presupuestos para encontrar un orden de color son bien claros, no tanto los de decidir cual es el primero o el que equivale a Do. Luego, no hay 1) por qué alarmarse si los signos alusivos a las alturas de un teclado rompen el orden del color, pues es una forma de numerar sin números o alfabetizar. Por otra parte ya está el derecha-izquierda en el piano, y lo que han buscado estos señores no es una analogía de la escala musical en el color, algo ya excesivamente topificado, y a mayores, que a veces parece redundantemente clásico.
Ya no estamos ante un descubrimiento con el color como no lo estamos ante la gravedad, sin embargo hay que tener en cuenta que los factores para ordenar el color o para determinar que el Do es Rojo o es color pistacho son completamente diferentes. Fuera de analogías cualquier cosa vale como señal perteneciente a un código.
No es que nuestros padres de la ciencia: Pitágoras, Newton..., etcétera fueran infantiles por asociar notas a colores, cometeríamos un error haciéndolo, un grave error. De la misma forma toda asociación de los usos del color en materia de seducción tienen un fundamento psicológico y científico nada pueriles, a pesar de que el público de ciertos objetos sean niños.
Por una parte es más afortunado hacer ver los colores en un orden análogo a lo que suena porque todo va en paralelo, tal y como se siente. Pero si el color se usa como signo, o como decoro de una nota que es audible, hay que replantearse la necesidad. Como digo, si no es una analogía... es diferente. Y es que el caso de estos juguetes, que yo he comprado varios, mal que parezcan al orden, tienen su aquel, pues hacen buscar al niño las cosas y fomentar su capacidad de relación y memoria.
Ya no estamos ante un descubrimiento con el color como no lo estamos ante la gravedad, sin embargo hay que tener en cuenta que los factores para ordenar el color o para determinar que el Do es Rojo o es color pistacho son completamente diferentes. Fuera de analogías cualquier cosa vale como señal perteneciente a un código.
Lo tópico es empezar la escala por Do, aunque hay siete modos, y eso nos lleva a una analogía básica diatónica basada en el siete, situación arraigada en la experiencia colectiva, más allá de que Pitágoras afinando la escala también creyó ver siete notas para siete colores.
No es que nuestros padres de la ciencia: Pitágoras, Newton..., etcétera fueran infantiles por asociar notas a colores, cometeríamos un error haciéndolo, un grave error. De la misma forma toda asociación de los usos del color en materia de seducción tienen un fundamento psicológico y científico nada pueriles, a pesar de que el público de ciertos objetos sean niños.
Por una parte es más afortunado hacer ver los colores en un orden análogo a lo que suena porque todo va en paralelo, tal y como se siente. Pero si el color se usa como signo, o como decoro de una nota que es audible, hay que replantearse la necesidad. Como digo, si no es una analogía... es diferente. Y es que el caso de estos juguetes, que yo he comprado varios, mal que parezcan al orden, tienen su aquel, pues hacen buscar al niño las cosas y fomentar su capacidad de relación y memoria.
Por supuesto que el piano de quintas de Scriabin también parece un dolor a la vista, pues rompe el color, sin embargo su base musical es consistente: enseña el camino afín de la tonalidad y la consonancia. Porque, esa es otra, el orden irisado solo habla de semitonos. Más, digo el orden irisado, pero Scriabin en este caso usa el gris, y un granate algo marrón, por lo que tampoco va ni siquiera por el espectro. Quizás este orden atente contra el orden físico, y contra el color saturado, pero para expresar ciertos sentimientos o incluso materialidades de forma simbólica tal vez es mejor el gris /acero/ y ese color "rojo inglés"? /madera.../ que tener que participar solo de los saturados. Es decir, a lo musical Scriabin hace un círculo del color basado en las quintas, circunstancia nada de extrañar, y a las asociaciones se salta el camino normal del círculo cromático del pintor, y sus motivos tendría.
Si cogemos lo que creemos que es bueno y malo de los distintos autores hacemos cambios,... podemos llegar a algo que creamos más objetivo, probablemente incluso universal, pero eso ¿valdría al uso particular del arte? Probablemente no.
Más, no creo que a un niño que se educa en melodía le preocupe la rueda de quintas, demasiado ambicioso es ya este juego que le plantea dar notas a dos dedos o manos. Y, es que cada sistema de representación, se piensa para distintas cosas, causas, y dentro de unas circunstancias.
Luego, si no es para el arte ni para crear juegos diferentes que despierten distintas habilidades técnicas o mentales, y alguien quiere pintar música ilustrativa para gente con problemas auditivos, puede contactar conmigo, que le puedo aportar bastante experiencia.
Se añaden ideas con los pianos musicales para niños: no es necesario desaturar el color para tener una octava falsa grave o aguda además de la central: basta envolverlo en una forma distinta.Y, lo que podríamos decir que está mal para la analogía, nada que decir al respecto de que en el fondo es un juego. Hombre, si ya de descolocar le hubiéramos puesto cerca los colores que por semejanza asocian las quintas, preparábamos los acordes, pero por lo que he visto en los arreglos, hay terceras de vez en cuando y poco más.
Luego, si no es para el arte ni para crear juegos diferentes que despierten distintas habilidades técnicas o mentales, y alguien quiere pintar música ilustrativa para gente con problemas auditivos, puede contactar conmigo, que le puedo aportar bastante experiencia.
Viva la música y el color
Está incompleto, aún falta la segunda parte, visítala en unos días.
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