TABLATURAS (PRIMERA PARTE)
Como estoy (estamos) repasando sistemas de escrituras clásicos y contemporáneos puede parecer un kaos hablar a la par de tantos sucedáneos para representar una misma idea. La coyuntura al respecto de los sistemas de escritura musicales es que podría haber más bien pocos, reduciéndose los casos más comunes al uso de tablaturas o el pentagrama. Luego, nada es lo que parece porque la escritura en tablatura tiene etapas históricas bien diferenciadas al igual que el pentagrama tiene sus precedentes, sus consecuentes, y sistemas de escrituras varios sobre la misma idea de base que pueden ser las cinco líneas paralelas que sirven de referencia al ojo para distinguir alturas.
La TABLATURA es por tanto un compendio de tablaturas que remiten a distintos instrumentos con tres, cuatro, cinco, seis, siete cuerdas... para los instrumentos de cuerda que retrata el mástil del mismo y las digitaciones que activan las notas que forman una melodía.
La premisa es sencilla: 4 cuerdas implican cuatro líneas, 5 cuerdas 5, y así hasta que la el cuerpo aguante. Quiero decir, no sé si es hábil a la vista una tablatura de más de 8 líneas, pese a su tremenda objetividad: el código ya está asentado, pues se ha impuesto ver en la línea de arriba la cuerda más aguda, situación que cuando el invento estaba en pañales no era así. Pero, "en pañales" no quiere decir que fuera mejor ni peor pensar la cuerda prima abajo, pues si proyectas hacia adelante, y no miras, las reflexiones son distintas.
Tablatura de laúd, vihuela... es un mismo código, nº de líneas y salvando las inversiones son una misma cosa, pueden ser intercambiables, la filosofía siempre es la misma. Si pensamos en Milán, su edición es moderna: la prima está arriba desde que se publicara en Valencia el año 1535 el método Libro de música de vihuela de mano intitulado El Maestro. Es evidente que se trata de un sistema popular muy hábil para el autodidacta por su dosis de descriptividad, pero ya es un sistema que se aparta de los gnemotécnicos al incluir la duración de las notas dentro del sistema, e incluso recurrir a los propios códigos y figuras de la música clásica para expresar compases, duraciones y otro tipo de cosas comunes, como puede ser la dinámica de algunas partes.
Como hemos visto, hay una relación estrecha entre la escritura en tablatura renacentista y el uso de la notación blanca.
De tal forma, el final de este fraseo ilustra la presencia de una longa y una máxima, huecas, y por tanto en notación blanca (que no es blanca del todo, sino que usa blancas y negras).
Narváez usa las mismas figuras, pero atentos al detalle de las figuras:
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1506411
De Narváez a Milán no solo cambia la predisposición a ver la guitarra desde arriba, la solución que se le da a las figuras del tiempo es diferente. Con Narváez se ahorran tipos o tinta, la mínima aparece solo cuando entra y las que la continúan se suponen iguales. Con Milán cada figura se hace explícita. Podemos ver que, en caso de haber dudas sobre los dígitos de ejecución se ha rellenado por arriba con todo de figuras métricas, rompiendo con la pragmática de otras presentaciones cercanas en el tiempo y el espacio en las que aparecía esa mínima y no se volvía a escribir hasta que aparecía una figura distinta.
La tablatura oficial actual, que algunos llaman americana, tiene muchas soluciones a la duración de las figuras, no siempre explícitas.
El tema es que suele haber dos opciones populares: la que lleva ritmo (nota a nota) y la que no lo lleva, que depende para su ejecución de un referente en audio o de que se escriban los números de la forma mejor repartida que sea dentro del compás.
El caso es que la notación con ritmo, con toda la vaguería que da escribir a veces música, no conecta con la fórmula económica de Narváez, sino con la de Luis d Milán, o lo que es parecido, con la del sistema pautado, donde todas las notas tienen su figura de forma independiente.
La herencia de este tipo de decoro es que hoy día, al incluir ritmo se hace al 100% y cada nota nota tiene su duración asociada y representada.
Pero a veces, se produce una presentación de forma combinada de pentagrama y digitación, con soporte en la tablatura:
...y en este caso, como es lógico, la tablatura no necesita añadir el ritmo de las notas que ya se ven por el otro sistema.
Cuando la notación en pentagrama acompaña a la tablatura no se añaden las figuras por debajo (antiguamente era por encima), pues ya podemos relacionar verticalmente los dígitos de los trates con la duración que expresan las notas dentro del sistema superior.
Obviamente, esto no es tablatura dura y pura, ni pentagrama a secas, sino un hermanamiento en dúplex que puede servir a las dos formas de sacar los sonidos de un tema.
Lo propio de los que usan solo la partitura es que arriba en las notas, junto a sus cabezas o por encima tampoco se anota el traste donde se ha de pisar (este trabajo se efectúa por separado), sino el dedo con el que hay que pisar la cuerda.
Es decir, el papel del pentagrama de un guitarrista que conoce las notas dentro del mástil ya no se dedica a escribir que el Fa está en tal sitio, sino una forma de tocar dentro de la lógica que produzca mayor comodidad o ligazón entre las voces.
Por otro lado, la tablatura tampoco ofrece qué dedo ha de pisar, por lo que el trabajo de ejecutar las notas de la forma más apropiada no acaba al saber donde hay que pisar, sino cómo.
En cualquier caso, la tablatura de guitarra eléctrica, la actual por supuesto, ya no está involucrada simplemente con tener que ofrecer las alturas (posturas) y su duración, de forma que ofrece otro tipo de relaciones técnicas hacia las mismas notas o el mástil para poder ejecutar con mayor fidelidad los sonidos de cada nota por separado o los links, riff, fraseos, glissandos, bendings... entre las mismas.
Desde lo más elemental, la alternancia de la púa, que en clásico no se hace, aunque el plectro existe mucho antes que la tuna.
Al uso de bendings, que es más llevadero en el rock y en los punteos que en polifonía:
A este lo llaman Hammer on, y hay quien dice pick-up / pick down para hablar de cómo mover la púa. En la página que he vinculado se explican otros aspectos básicos (no todos, puede haber 30...), más no quiero ir al detalle aún. Me interesa comprar lo gordo, por ejemplo, que de lo que es la idea de /tablatura/, e incluso /tablatura de seis cuerdas/, van saliendo variantes.
Me concentro por tanto, de nuevo, en aquella que es una combinación de herramientas de solfeo y tablatura: para ver dónde se pisa.
Porque es evidente que tiene de bueno que es bilingüe. Si yo editara estas partituras sabría que valen para el que lee solfeo y para el que lee tablatura, y que ambas notaciones se complementan. De hecho, puede ser que cualquiera lo entienda así, pero no todo el que las lea se aproveche al 50% de cada parte. Es decir, muy probablemente si lees solfeo miras la tablatura de vez en cuando si no resuelves la digitación; y si lees tablatura miras para arriba un poco obligado para entender las duraciones, el ritmo y las repeticiones (en este caso, lo que se observa).
Quizás la parte de arriba(pentagrama) puede sobrar cuando alguien tiene la música grabada de esta partitura, al igual que podríamos decir que con música grabada, buen oído y la técnica ya desarrollada incluso sobra la tablatura para sacar canciones.
Como posibilidad manifiesta existe el músico de oído, y no tenemos por qué alarmarnos, tocar puede ser como pintar: se pinta de ojo. De esto hay un silogismo lógico:
Si la pintura se ve y para pintarla no hay que oír nada, y la música se oye, para tocarla no hace falta mirar a ninguna parte.
Tenemos mil casos de músicos ciegos o que se han quedado ciegos y han seguido tocando. Pero incluso casos extraordinarios de gente que naciendo ciega se ha convertido en músicos excepcionales. El oído es fundamental en la música, una obviedad, pero es que a veces juzgamos la cultura musical por los ojos. El caso de Beethoven es excepcional porque si no hubiera oído, conservar la música en la cabeza y seguir conociendo las reglas de composición incluso para cambiar ciertas cosas, no podría haber compuesto la novena sinfonía. De tal forma, la partitura ayuda a ver cosas, a organizarse, y tampoco es desdeñable que la música se pueda representar.
De tantos ejemplos como se pueden poner, la verdad sea cierta, no es lo mismo alguien que por circunstancias de la vida pierde un sentido que alguien teniendolos todos renuncia al saber. A veces decimos que quien no lee solfeo no sabe música, y esto es un decir predominantemente visto desde el típico ángulo decimonónico de ciertas clases pensantes, privatizantes y con ciertos aires despóticos. El Conservatorio en las provincias españolas no ofrece enseñanzas privadas desde hace muchos años, luego el patrimonio clásico está al alcance de todos de una forma más democrática que nunca. Luego, los que se creen el ombligo del mundo por saber leer pauta son cada vez menos, pues hemos cambiado un poco la manera de pensar desde lo categórico a lo relativo. Incluso la gente del conservatorio, sus actuales profesores, piensa diferente que hace años, aunque la trasmisión de ciertas fobias implica la conservación arraigada de un tipo de valores. La herencia de la división de lo culto vs popular asociado a lo oficial vs lo "no reglado" impone una línea continua que a veces es sinónimo de respeto, pues debe saber más quien más estudia, ..., pero no siempre es la línea tan continua como parece. En la vida real te puedes encontrar un creído en las instituciones y en muchos sitios que no lo son, de tal forma que, para saber quien está en el lado oscuro de la fuerza hay que conocer a las personas.
El tema es que el solfeo, pese a su internacionalidad, es un método que consta se usa en el 5% de los casos. Cuando decimos que hay que aprender inglés lo decimos porque funciona como la llave de muchos parlantes, no es el esperanto (que lo habla menos gente), pero abre puertas en todos los sitios. No se queda corto el español, como no se queda el chino a nivel de personas, no países. Es decir, dependiendo de como lo midas, el inglés es el idioma más importante de la globalización, el segundo de occidente en cuanto a países, o el tercero en cuestión de almas que se comunican con un mismo lenguaje. Más, lo común es que la gente tiene complejo de no hablar inglés, yo por ejemplo lo mal hablo, pero me he puesto las pilas porque era mi asignatura pendiente. Pendiente por varias razones, estudié siempre francés, ya sabía un idioma extranjero y prefiero hablar todo lo mejor que pueda pocas cosas y el castellano que no saber chapurrear 7 idiomas, pues, al menos también sucede que quien sabe mucho de lo suyo destaca, y en ese aspecto hay escritores en castellano que tienen mucho más léxico que yo, por supuesto el que se usa en la calle, sin que el léxico sea la panacea de hablar bien o mal un idioma. Luego, también se puede ser buen escritor con un lenguaje cotidiano y comunicar mejor que si estás excesivamente leído y puesto en materias extrañas.
Los instrumentistas tenemos el vicio de añadir instrumentos con el tiempo a los que ya sabemos tocar, y no siempre esto conduce a ser un buen director de orquesta, pero es que la música es muy tentadora. A mayor número de instrumentos es pues lógico un mayor nº de horas de estudio y un mayor nº de sistemas de escritura, a no ser que uses el solfeo que es común a todos.
La tablatura tiene pues la inmediatez de dirigirte a la técnica o pulsación de ciertos instrumentos, pero cada instrumento por sus peculiaridades organológicas implica unas referencias diferentes a la hora de leer las mismas melodías. Evidentemente, si hablamos de percusión el lenguaje puede que sea forzosamente distinto, salvando cuestiones comunes con el compás, ritmo... Y, al final de esta multiplicidad de instrumentos muchas veces te encuentras en un grupo de músicos en el que cada uno anota sus "notas" en un idioma distinto...
...incluso en pentagrama.
Yendo a lo convencional, he coincidido en clases de clarinete (ya hace años) con jubilados que llevando tocando toda la vida querían aprender a ver las notas, a leer "música" y estaban ilusionados con ello: antes no habían podido..."por las circunstancias". Cuando decimos aprende inglés o aprende chino que lo habla mucha gente o en muchos países... lo hacemos con ese criterio de peso que tiene la mayoría: aprenda español, podemos decirle al foráneo... lo hablan 400 millones de personas en distintos países de 3 continentes distintos. Nos basamos en un cuanto... y en la capacidad de comunicación con personas a través de un mismo código. Si nos pusiéramos en plan cuantitativo con el sistema pautado no lo recomendaríamos, pues es ese 5% de las élites el que sabe leer en pentagrama. Diríamos aprende de oído, no escribas, hazte tus garabatos o dependiendo del instrumento que toques, escoge una tablatura con la que te apañes. Esto lleva pues a malas elecciones, pienso, pero que siempre son prácticas.
Delito tiene, no obstante, querer aprender música en sistema pautado y no hacerlo hoy con el sistema de enseñanza que incluye la materia en la secundaria o sin esto, con los video-tutoriales que hay en youtube, y lo que no son videos, que también se ven: el caso es querer saber.
Hay veces también que nos refugiamos en el autenticismo de ser músicos de oído, y se puede de hecho serlo. Se puede componer, memorizar, repetir, reproducir y grabar canciones sin haberlas escrito por ningún lado. Quizás la letra si es larga, pero si es corta y se retiene, sin eso, depende de la memoria.
Luego sucede un día que no te acuerdas de un verso y no sabes como seguir, o que no te acuerdas como iba una parte y la tienes que cambiar..., de tal forma la escritura es una amiga que nos recuerda las cosas.
Más, a veces el exceso de confianza es lo que lleva a hacer las cosas medio bien y creerse que lo estás haciendo bien, o muy bien... con tablatura o partitura, o absolutamente de oído.
Al respecto de comparar la tablatura y la partitura yo siempre he dicho una cosa: el pentagrama es común a todos los instrumentos (es internacional y multi-instrumental) , y la tablatura sirve al instrumentista, pero tiene una ventaja por la globalización de los instrumentos y sus métodos asociados: también es internacional.
Máxime, la tablatura sirve, entendiendo como funciona una de ellas, para varios instrumentos de la misma familia, sea cuerda pulsada, guitarra clásica, instrumentos de cuerda eléctricos varios como guitarra, bajo, ukelele, cigar box o monocordio.
Es bastante entendible que la tablatura, por varios motivos, se imponga en las elecciones de la gente que quiere aprender a tocar música y decide comprarse un instrumento con cuerdas: es totalmente intuitiva. Pero cuidado, tampoco la veamos como un método negado de dificultad o ajeno a las particularidades del pentagrama, pues el cifrado del ritmo comulga con la evolución de la notación mensural que desemboca en la notación redonda clásica. Probablemente, este enunciado da pie a dos tipos de gente que miran la tablatura atendiendo a los signos del ritmo y los que no. El que sea de los que no se salvará de entender ciertas cosas gracias a que la tablatura no lo es todo para él, pues la combinará con audio para entender por dónde van los dedos en cada momento (refiriéndome al ritmo, duración y tiempo...). Obviamente, la tablatura arrítmica es un producto que existe gracias a las grabaciones, no lo vamos a negar, aunque se podría ofertar sobre piezas que tampoco hay que oír porque las tenemos en la cabeza.
La valoración autónoma de una tablatura incompleta es difícil de juzgar, porque puede darse el caso de que "no esté bien definida", o "lo suficiente" dado el contexto actual de tecnología.
Luego, la relación estrecha con la tablatura, al igual que con la partitura, tiene sus puntos flacos si no se sabe relacionar con otras cosas. Es decir, no siempre es la Biblia, y a veces es simplemente una cartilla. Lo digo esto al respecto de las notas de la guitarra, que no están (muchas de ella) en un sólo sitio del mástil.
En determinadas ocasiones la tablatura ofrece una solución que va a misa para el guitarrista principiante que saca la nota Mi en la segunda de la guitarra, flor de la tablatura que le ha pasado un amigo, que se ha descargado de internet, o del libro original oficial de algún disco de fulano..., y eso hace que se piense que el Mi(5º traste-2ª cuerda) no es el Mi(1ª cuerda al aire) técnicamente hablando. Es obvio que hay que ser muy radical para entender que solo hay una digitación buena para sacar ciertas sonoridades, aunque a veces es verdad que solo hay una buena, o una que es la que está en el disco, más que en la partitura.
Si alguien tiene la suerte de encontrar dos digitaciones distintas para una misma melodía aprenderá de un plumazo a que la digitación no son las notas, al menos en la guitarra. En este aspecto siempre me acuerdo del inicio de Guns and Roses del Switch child O'mine. Yo me lo saqué a partir de la postura que tiene Slash al principio del video, buscando el tono y demás..., luego me corrigieron un día después de tocarla en un concierto diciendo que no era ahí. Y había cierta tensión en el otro en querer que yo le diera la razón. Luego, con el tiempo, viendo una tablatura (Band in a Box?) la encontré dispuesta en otra situación, menos arriba en el mástil, cuerdas de abajo (las primeras). Y era evidente que era más fácil de tocar ahí que en el otro, pero a mí me dió por poner los dedos a tenor de lo que se veía en el video-clip (muy poco), unos instantes que para mí fueron el criterio de tener que tocarlo en el otro lado, mucho más espectacular de cara a la galería. Luego, tendrá que mirar como lo hace Slash en los directos, si lo cambia o lo mantiene en el lugar del año 87.
En todo caso, la tablatura es un método para sacar las notas y unas posturas que te pueden venir bien o te pueden venir mal, de forma que aunque hagas lo oficial (del video o de un libro) luego hay que buscarse la vida para adaptarlo a tu mano y tu desenvolvimiento en directo. Si está bien editada (por quien sea) te dará muchas pistas de cómo se toca un riff o una pieza, si está descuidada te aportará una opción o solución que puedes tener en cuenta, y de lo que más te convenza te debes hacer después el esquema que mejor se adapte a tu forma de tocar, incluyendo determinada pose corporal, inclinación del mástil, y lo que tengas de alta o baja la guitarra.
(Tablatura como la que yo ví, que no es la digitación del video, pero funciona: tú pon la distorsión que es lo importante)
Es este aspecto, ni la tablatura ni la partitura hablan de cómo tienes que tocar si estás de pie o sentado, si tienes los dedos cortos o largos, problemas con el codo o la muñeca..., solo de donde están las notas o de notas. Se supone que eso le tiene que descubrir cada uno por su cuenta, pues cada persona es un mundo. Si te interesa hay libros de ergonomía para músicos..., pero como tú mismo no va a saber nadie qué es lo que te viene mejor, incluso cuando te marcan púa arriba y púa abajo.
Yendo a lo sencillo, la tablatura ya ofrece suficiente información para poder tocar algo, ir sacando a pasos las frases o las posturas, engancharlas y aprender a tocar cosas. Es un gran invento, pero como todo depende del uso del intérprete.
Luego, las tablaturas cotidianas no se mueven gráficamente tan bien presentadas como las que se editan en libros. Podemos decir que hay más bien un tipo de tablatura de imprenta no oficial que es la más común, y que surge de la máquina de escribir, o de las posibilidades del word en unas épocas y contextos en los que prima más lo gratuito (aunque de baja calidad) que lo de pago. No estoy defendiendo que una tablatura a medias sea mejor, sino que simplemente prolifera y es suficiente para empezar a tocar cosas, máxime si a la par tenemos una cassete, disco, CD... en el que oír la música.
Lady writer (Dire Straits)
En este caso es cierto que desaparecen las figuras de duración, pero el compás en su medida propia y repetitiva está bien representado, aún sin estar indicado. Quiero decir que hay barra de compás, pero no alusión al tipo de medida. Todo esto puede parecer pedante si se pide o superfluo si conoces la canción y precísamente te decides a sacarla porque la conoces y te gusta: ya la sabes...
Luego, hay todo un fenómeno encadenado de sucesos que nos partiría los cuernos si esto se convirtiese en un incunable del sigloXX y no hubiera forma mecánica de oír la música grabada. Por ejemplo, la notación de las cuerdas al aire se expresa con mayúsculas y minúsculas, siendo E mi grave, A la grave, D un Re por encima del Do central de la pauta (para guitarra), la G un Sol de distinta octava que E (Mi grave) y luego B aún en mayúsculas, con excepción del Mi agudo (doble octava real desde Egrave) que se escribe con minúsculas.
Si en notación boeciana escribimos esto la escala de sonidos partiendo de la letra A es ABDEG, y creeríamos, pensando como en el siglo VIII que la afinación es cruzada. Más, es evidente que el signo de la minúscula es lo suficientemente llamativa y distinta al resto para decir: he aquí la primera, y el resto se afina bajando, como ya se sabe...
De no estar hecha pensando en lo que se sabe, y con la máquina de escribir, es evidente que podríamos haber usado otros tipos, dilatado un poco la E grave..., más ¿que hacer con las mayúsculas y las minúsculas en una guitarra en Mi?
1) pensamos alfabético, luego en modo menor: ABCDEFG abcdefg aa bb cc dd ee ff gg
2) lo adaptamos al modo de Do, considerado a todas luces "el natural", lo cual lleva a la transposición de tercera de las mayúsculas: CDEFG(AB)cdefgab aa dd ee ff gg aa
o 3) lo configuramos desde el registro propio de la guitarra: E F G A B C D e f g a b c d ee ff gg
Al respecto del modo 1, las cuerdas serían estas (usando dífrafos mayúsculos)
primera= e
segunda= b
tercera= G
cuarta= D
quinta= A
sexta = EE (incluso octavada para guitarra clásica)
Al respecto del modo 2, cambiando en los does:
primera= e
segunda= B
tercera= G
cuarta= D
quinta= AA
sexta = EE (incluso octavada para guitarra clásica)
Al respecto del modo 3, desde E, usando 7 mayúsculas hacia adelante:
primera= ee
segunda= b
tercera= g
cuarta= D
quinta= A
sexta = E (incluso octavada para guitarra clásica)
Cualquier opción de estas responde a códigos distintos, más no está mal la vista en el ejemplo sien cualquier otra página del método explica que E en la cuerda inferior es un Mi grave en comparación del E que sigue a la D en la cuarta cuerda.
En concreto, la dificultad de ponerle el cascabel al gato radica en que E puede ser para el Mi por debajo de Fa en cuarta, el E de la 6ª cuerda (inferior al G de la vihuela en guitarra española) o el Mi central (E) por encima del Do central que conecta los pentagramas del "decagrama".
Lo explícito y lo implícito depende muchas veces de un manual de instrucciones, en primera página o al final de un libro, donde se suelen explicar los símbolos: quizás hay que empezar a leer los libros por atrás, y ojearlos un poco sin hacernos un spoilet cuando se trata de un método y no una novela.
Luego, estas tablaturas típicas de los foros de guitarreros y guitarristas son las que abundan, y a veces también entregan una presentación de mayúsculas y minúsculas lógica a las cuerdas entorchadas y no entorchadas, que van tres a tres, lo cual por paralelaje visual implica E A D g b e, de forma que se ve cuales son las cuerdas gordas o graves por las mayúsculas y cuales son las finas.
(más, no tiene por qué )
La tiorba (con tiro de guitarra) acaba en Si Mi La Re y la nota Re es más baja que el Si, al igual que la nota Re es más grave que el Mi. Es decir, de verdad la escala es La-Si-Re-Mi... lo que implica que para producir esto no hay que rasguear, sino tocar 2ª, 4ª, 1ª y 3ª.
Generalmente un guitarrista no va a cambiar en mucho su manera de disponer las cuerdas, por lo que la tablatura de guitarra pensada para guitarristas no corre el riesgo de ser malinterpretada por un tiorbista o un ukelelista. Hemos de pensar en términos de sociolingüística todo lo que está pasando cuando se reducen los signos al mínimo, cuando las formas se van dejando. Un ejemplo de la lengua es una expresión coloquial tipo me voy pal pueblo (que lo he escrito de dos veces porque el sistema me lo había corregido), "pal" no es "para el...", no se contempla en el diccionario, y sin embargo es coloquial, está en la calle, y es una contracción tan usada con la expresión completa. El caso es que lo anterior no tiene vuelta de hoja, como la afinación de una tablatura que se sabe que es de guitarra. Si leemos La pulga los demás y vemos a un tío de pueblo, si pensamos que está criticando algo o se está definiendo, pensamos que es /la pulga [de] los demás/ al estilo de la pulga cojonera, pero si lo que falta es una cópula, [la pulga y los demás] ya tiene un sentido que no es lo anterior.
Luego, decía que lo anterior estaba hecho con máquina de escribir, más es evidente que está hecho al estilo de la máquina de escribir, no con ella. Obviamente, la máquina de escribir tenía sus limitaciones, pero también sus formas escapatorias de hacer las cosas. Te puede quedar en parte las letras de un texto más apagadas por el centro del rollo, ya que pasa más veces por el medio al cambiar de dirección que cuando se escribe con las orillas del rollo, pero esto es la esencia de que se pueda hacer una doble impresión en un sitio y salgan letras solapadas, intercalar alguna, forzar el kerning, o escribir entre líneas... algunas cosas que hacíamos si nos equivocábamos y aún se podía tolerar la limpieza general con algún manchón que lo enmendara. La posibilidad de hacer negrita en la máquina de escribir, por tanto, existía, al igual que existe en el Word al usar una fuente tipo Type Writer.
¿Es necesario, visto lo visto, que la E grave, se escriba en negrita [ E vs E]?
Pues no en una tablatura, pero al menos es un recurso análogo al de usar la minúscula para saber dónde está el norte.
Véase que en este sentido, los recursos monotípicos se impulsan por la aparición de un simple factor, en este caso la negrita, nada usada en las máquinas de escribir antiguas, permite que existan dos juegos de mayúsculas, luego ya no dependemos de juegos tipográficos exóticos, ni, por supuesto de un cambio de tamaño que la máquina de escribir tampoco podría ejecutar.
Es decir, con la máquina de escribir habríamos preferido usar el subrayado para representar la octava grave, o un tachado, soluciones que explican muchos cifrados convencionales arbitrados en el siglo XX.
A efectos de subrayar, la posibilidad de su uso hace que la máquina de escribir tenga 4 octavas asequibles repitiendo el mismo tipo de letra.
Mayúscula subrayada: Octava grave
Mayúscula normal: Segunda octava
Minúscula subrayada: tercera octava
Minúscula normal: cuarta octava
(Por ejemplo)
Del uso continuo de las mayúsculas y minúsculas en el registro central sin tener que recurrir a subrayar (por lo que se interrumpe la digitación) llegamos a una disposición simétrica:
Mayúscula, mayúscula, minúscula, minúscula.
Pero solo tenemos 4 octavas, claro que para un guitarrista ya está todo, empezando en Mi, para una guitarra de 6 cuerdas en Mi con un mástil de 24 trastes.
El cambio de decoro, usando la negrita, permite los consiguientes órdenes vistos con el subrayado.
Mayúscula negrita: Octava grave
Mayúscula normal: Segunda octava
Minúscula negrita: tercera octava
Minúscula normal: cuarta octava
Y en simétrico:
Mayúscula, mayúscula, minúscula, minúscula.
En todos estos casos no hemos roto la lógica de que las notas mayúsculas en cualquier estilo estén juntas entre ellas y las minúsculas también, claro que nos podemos volver locos en posibilidades si rompemos este orden. Mayúscula minúscula mayúscula minúscula. Por ejemplo, la asociación de las subrayadas lo que tiene de bueno es que escribiendo en grave, caso de una máquina de escribir, conectamos la tecla a piloto automático y no hay que ir una a una añadiendo las rayitas.
Se deduce que si hay tres recursos 2 al cubo son ocho formas de representar, más lo siguiente no está al alcance de una máquina de escribir clásica:
Mayúscula minúscula mayúscula minúscula Mayúscula minúscula mayúscula minúscula
Toda la tipografía es la misma y los puntos son iguales, pero la vieja máquina no podría dar, salvo remarcando, las negritas con la pureza y facilidad de acceso que un procesador de texto.
Se llega a las diez octavas con las poquitas cosas que nos permite hacer (hoy día) el uso de los tamaños de blogger
Tenemos pues la más pequeña, pequeña, mediana, grande y la más grande predispuestas a muchas fuentes para hablar de notas con el sistema anglosajón o con las propias sílabas, dependiendo solamente de las letras y las palabras. Evidentemente, la consecución de las alturas sin tiempo no nos va a detallar una melodía. Tampoco nos hablan las referencias a las alturas de cómo hay que tocar o e qué traste, como ligar, si hay glissando, pull o, pull off, mute... por lo que el sistema de captación de alturas a través de síntomas gráficos es bien fácil de representar, pero no llega a los términos de descripción en los que está basada la tablatura o la partitura, una vez ha desarrollado nuevas grafías para aludir de mejor forma a los efectos del timbre o la ejecución.
La tablatura, al igual que el sistema en pentagrama, tiene pues muchas variantes de presentación más completas e incompletas. No se trata solo de que haya etapas o escuelas (francesa, española, alemana, inglesa...) que entreguen versiones de un método en distinto lenguaje de símbolos dentro de un mismo espacio-tiempo. Es que a veces, en un mismo espacio-tiempo las ediciones de una partitura o tablatura cuentan con distintos grados de representación implícita y explícita.
Luego, véase que el ejercicio de hacer gráficos dentro de una tablatura no permite el juego con cuatro tipos muy distantes de letras en tamaños, pues si el grande es muy grande pisa dos cuerdas, y si el grande se ajusta a la distancia entre cuerdas, el pequeño queda muy pequeño:
E --------------------------------
B---------------------------
G--------------------------
D--------------------------
A-------------------------
E -------------------------
Por tanto, el propio paralelismo necesario entre cuerdas, el real del mástil (prácticamente) permite ver más elegante la notación con otro tipo de soluciones más elementales; E = E = EE ... sin olvidarnos de la arquetípica E E' E'' ya en mayúsculas o minúsculas, o la notación alfanumérica.
Luego, es evidente que una tablatura que reduce muchos elementos no está mal hecha, quizás sí, pero se puede hacer de forma muy sintetizada por saber que hay cosas elementales asociadas a un sistema de escritura precario, pero ordenado bajo una lógica trivial. Esto es decir que la afinación común de la guitarra es EBGDAE ó incluso EADGBE apostando a que el guitarrero no parta evidentemente de cero. Si lo hacemos pensando en que el que vea una tablatura no sabe ni afinar, entonces ocuparemos unas páginas del cancionero en aclarar aspectos musicales elementales. Y esto último no es transcribir piezas, sino hablar de teoría musical o de organología...
Más cosas en las que fijarse: un juego de cuerdas a veces no hace alusión alguna a las notas en que puede afinarse, pues la afinación puede variar, pese a que por lógica lo que es estándar implica afinar en E por cuartas, con la excepción de la tercera GB.
La sensación de encontrarse con los números del calibre es al principio un poco desconcertante si te sabes las notas. Luego, para los guitarristas que cultivan la máquina más que la teoría musical siempre es un debate de muchas cervezas escoger un 009 o un 010 para la primera cuerda.
Luego, una recomendación en el diseño de estas cuerdas sobre la afinación contribuiría a que el guitarrista viera escritas las notas, más... se supone que las ha de saber. Es decir, el fabricante tiene cosas más interesantes que contar sobre sí mismo en la parte delantera del paquete, y por dentro, tal vez, le aparezca marcado lo que está dudando.
A todo esto, suele ser un descubrimiento notable observar que la guitarra eléctrica y la española no se distingue solo por sus cuerdas de acero o nylon, la forma y los colores, que una va a electricidad y la otra suena sin enchufe, es que están octavadas, y esto no se aprecia si ambas se escriben en clave de Sol sin aderezos. Es decir, que el Do3 de la clásica es un Do2, por lo que nos meteríamos más en clave de Fa que en la de Sol. Esto tiene una explicación natural que es presentar la música de guitarra en la clave más sencilla, lo que le lleva a usar signos de octava alta al subir a los trastes agudos de las primeras cuerdas. Tampoco el pentagrama con la clave de Fa transportada enmarcaría bien el registro de la guitarra, pero llevar la escritura de la guitarra a notación de doble clave es exagerar las necesidades de escritura, pues las líneas adicionales y otros recursos facilitan la escritura sobre solo cinco líneas. En todo caso, de esta discrepancia hay una verdad gráfica que soluciona el decagrama o el pentagrama extendido: las seis líneas de la tablatura, tantas o tan pocas como tenga el instrumento.
Tablatura de ukelele. Luis Fonsi, Despacito (parte del tema)
Obvia decir aquí que sin saber como se afina el ukelele no podríamos acertar con la melodía pese a tener la digitación, de ahí la importancia que tiene la información añadida en la mayoría de los casos en que nos enfrentamos a una tablatura. Luego, a efectos relativos de lo que es Do3 o Do4 puede que no nos importe en exceso el hecho en sí, sea acústico u ortográfico, pero es lo que indica la tesitura real de un instrumento con respecto de otros.
Tampoco es absoluto hablar de un Do3 como el Do que está [en la línea adicional] por debajo de la clave de Sol (261, 63 hz para La = 440 hz).
Notación francoblega: https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Dndice_ac%C3%BAstico_franco-belga
No, porque a veces el Do3 es un Do4, según qué índices acústicos se escojan para cifrar, al igual que las variaciones en cents que produce no afinar a 440 hz. Pero bueno, en este caso no cambia el hecho de tener que llamar C3 a la misma escritura en Sol, y usar el dígito 3 para la misma octava.
De los problemas de bailar con la frecuencia de las notas a 440 , 436 hz o menos, les dejo el anterior enlace a la revista Sinfonía Virtual. El artículo es muy completo. La cuestión con la que sigo debatiendo aquí es que el nº de las octavas se mueve, según donde se coloque el uno o el cero, puestos a bajar y respetar el uno como una cifra auxiliar sin contradicciones.
Todo esto viene a colación de que la guitarra se afina con E3, B2, G2, D2, A1 y E1, aunque descendentemente lo podemos resumir en la fórmula EBGDAE y entender que va a sonar a lo otro porque las cuerdas están puestas como tienen que estar y afinadas en la octava correspondiente.
También podrán encontrar la fórmula de afinación octavada como E4 B3 G3 D3 A2 y E2, etcétera...por los cambios de sistema e identificación de la primera octava.
Cuando pone simplemente TAB no hay problema ortográfico, la afinación a suponer es la estándar del instrumento, pero podemos encontrarnos tablaturas de afinaciones alternativas, descargarnos una página suelta, y que las notas no suenen a lo que deberían sonar, la guitarra clásica suele variar el Mi grave por el Re y el Mi agudo también bajarlo un tono para acomodar ciertas tonalidades a las cuerdas al aire, a veces por postureo aunque cambie las digitaciones, y en el caso de querer a la vihuela bajar un semitono el Sol convirtiéndolo en Fa#. Son tres variantes, pero 2 al cubo son 8, solo para fluctuar a notas contenidas en el acorde de Re mayor (en la segunda parte hablaré de afinaciones raras para guitarristas).
De EBGDAE a DA #F (D) A D tenemos cinco cambios de cuerdas, y esto hay que valorarlo porque el dibujo de los acordes y las escalas cambian sustantivamente, aunque si va a tocar usted después con un slide y acordes mayores podrá aprovechar la sonoridad de cuatro cuerdas al mismo tiempo.
En todo caso, vuelvo al tema de la notación, porque entender igualmente DBGEAD... o cualquier otra afinación alternativa así escrita como descendente es un producto de escritura que depende de hay algo que tenemos entre manos que se llama "primera cuerda", y el resto es segunda, tercera, cuarta... en el orden de sucesión que dan las propias letras. De tal forma EGBDAE es un tipo de escritura que tiene seis dígitos evidentemente, pero que no rondan una misma función "decimal" por así decirlo; al igual que sucede con 22, no siendo 4(dós-dós), el primero es de decenas y el segundo de unidades. Con la afinación en Mi radical Mi Si Sol# Mi Si Mi = E B G# E B E, cada cifra repetida se refiere a un nivel de codificación distinto, por lo tanto a diferente octava, y es por lo que funciona sin detalles al aplicar la lógica de que a medida que leemos vamos bajando.
En cualquier caso, es evidente que el significado explícito del modo abreviado EGBDAE es E4 B3 G3 D3 A2 y E2, una octava menos en Las Islas Canarias, o E'' B' G' D' A E si nos parece más breve sustituir el 3 por dos marcas, el 2 por una y la octava más grave por ninguna.
Pero el uso de las comillas plantea problemas parecidos de comunicación a los de las cifras, si bien reduce el gesto de escribir un número por algo más rápido y sencillo de hacer. Porque el problema de saber si Mi grave es Mi3 ó Mi 2 no acaba realmente por sustituir los números por las comillas, e incluso a veces acarrera la modalización del sistema por acomodación al tiro propio de los instrumentos. Es decir, el guitarrista puede pensar en Mi, Mi', Mi'' y escribir "(Re')" para el "Re" que antecede al Mi'' y no al Re' que sigue al Do'' en los cambios de sensible a tónica vistos en modo mayor. Es decir, lo normal es que el punto de inflexión en el que incrementa la comilla es la nota Do: Si' es sensible de Do'', Si es sensible de Do'...; pero al pensar en el Mi del tiro, a veces se nos va el cambio de comillas a la dominancia de este tono Mi Fa Sol La Si Do Re Mi' Fa'... ¡y nos pasamos a ortografiar en frigio!
Con instrumentos transpositores se pueden dar casos igualmente paradójicos, pero válidos a la escritura rápida a pesar de su relativa validez universal.
A Helmholtz se le debe la escritura basada en el uso de las comillas, de forma que se sustituye el uso de las minúsculas por notas con coma o apóstrofe en la parte superior:
C D E F G A B C' D' E' F' G' A' B'... en este sentido manda el modo mayor en Do el corte de paso por banda cuando hay que cambiar de índice: B'' C''' = distancia de semitono.
El sistema está pensado para el Do central, una C sin adornos, pero si empezamos a contar desde más abajo el símbolo sin nada se octava, y el uso propio de la notación rápida de instrumentos graves es más bien este.
Digamos que la solución ortográfica de Helmholtz es poner un subíndice del otro lado (no un superíndice) para las octavas graves. Es decir, que Fa grave es ,Fa en oposición a Fa y Fa'. Yo he puesto una coma, aunque el símbolo idóneo se curvaría hacia la sílaba.
Las octavas del Do grave al agudo en base a 7 bandas se apoyan en los siguientes signos:
,,,C,,C ,C C C' C'' C'''
y si el piano llega hasta el La por debajo (cosa típica en pianos de teclado romántico) ,,,,A sería la nota más grave.
El sistema franco-belga ha sido corregido porque hay sonidos que se extienden en la orquesta romántica y la contemporánea más allá de lo necesario cuando se formuló el otro sistema. El añadido de una octava más por los graves hace que el Do3 sea Do4 si empezamos a contar por uno, circunstancia que lleva a la octava cero en frecuencias audibles en dos casos: cuando Do central es Do3, y también cuando Do central es Do4. Todo esto avanzó rápidamente con los estudios del espectro sonoro, la psicología y las máquinas de medición de los umbrales de percepción, llegandose a situaciones de codificación más profundas que las propias a un instrumento como la guitarra, la propia orquesta (contrabajo incluido) y en consecuencia, a unos límites acústicos de notación más exigentes que los musicales.
También es verdad que no estamos marcados por las matemáticas romanas, existen los números negativos, de forma que si Do 3 es el central puede que Do -1 sea la forma disponible para llamar a la octava que queda por debajo del cero. Semánticamente esto no va a querer decir nunca que son frecuencias negativas, y ese es el debate que lleva a cambiar las cosas, a pesar de que "ortográficamente" o "matemáticamente" ya esté solucionado el indicador.
Fue así como con Hugo Riemann se llegó a un índice acústico en el cual Do3 se convierte en Do5, pues para no andarse con más cambios identificó el Do1, positivo, con el submúltiplo de Do más grave que pudiera ser oído por el oído humano.
Esta es una de las razones por las que se habla de distintos rangos de audición en contextos musicales y acústicos, porque algunos hablan de 7 octavas útiles (los pianistas o compositores) otros a lo sumo de 8 (aún en contextos musicales), pero en acústica nos vamos a los 10 pasos por banda.
Los límites sensoriales dependen también del individuo, de sus características personales y de la edad, pues los niños oyen más frecuencias y los adultos pierde agudos con el tiempo.De tal forma, aunque la frecuencia de 16 hz pueda ser captada por algunos individuos, las cuentas de las octavas las haré desde los arquetipados 20 hz con el que se empieza a muestrear en digital.
20 Hz / 40 Hz /160 Hz/ 320 Hz/ 640 Hz/1280 hz/ 3560 hz/ 7120 hz/ 14240 hz/ 28480 hz/
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Según Wikipedia el sistema de Riemann se afianzó en Méjico y tuvo resonancia en Alemania, como es lógico, pero no se impuso. Y es que a tenor de un Do5 como 256 hz el Do1 es prácticamente imposible de ser llevado a la práctica en el terreno musical.
256 hz= Do5 / 128 hz = Do4 / 64 hz = Do3 / 32 hz = Do2 / 16hz =Do1
Hugo Riemann (1849-1919) no se equivocó considerando que el Do más grave perceptible era la frecuencia de 16 hz, pero eso es casi llamar como primer sonido positivo a una frecuencia inaudible. De hecho, es una frecuencia que no recogen muchas tarjetas de sonido, independientemente de si usted, yo, a día de hoy o con el oído más sano somos o éramos capaz de percibirla.
La controversia es tal que si no la oímos ya estamos en disposición de decir que el Do1 físico y empírico (para el hombre, pues el de 16 hz también es físico y positivo) es más bien el de 32 hz, luego Do 3 es "Do4" cuando /Do1/ está situado por encima de los 20 Hz, y Do4 es "Do5" escribiendo en el sistema de Riemann. Pero si consideramos que 16 hz es negativo al caer por debajo de la audición humana o de lo que se considera el límite medio, si 16 hz = Do -1, Do 0 = 32 hz, Do1 64'_ hz, Do2 128 hz y Do3 queda donde siempre. En el crecimiento histórico de la notación numérica de estos índices la integración del cero en el sistema permitió que el Do3 quedara donde estaba, pero la búsqueda acústica de los índices fue más profunda que la musical, y nos metimos en numeraciones negativas, lo cual no equivale a frecuencias negativas, de aquí la controvertida forma de pensar y debatir si unos sistemas de numeración son más apropiados que los otros.
Se trata de una cuestión de filosofía matemática, pero más arbitraria que los silbatos. Es decir, cualquier índice puede ser válido, y a la par cuestionable. El tema es que el de Riemann, que era músico, consigue llegar acústicamente a definir el espectro de las notas más allá que Helmholtz, que era ante todo un científico pionero de este campo, pero también músico e ingeniero acústico, artífice de los famosos "resonadores". Pero también iba alumbrado por los años.
CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=706856
Quizás el problema práctico de la notación de Helmholtz no es que sea difícil de escribir, sino que en instrumentos como la máquina de escribir no está el subíndice para anotarse como él quería la marca refleja de la otra. Por otro lado, es evidente que el uso de las letras sin marcar en la octava central es más cómodo y humano que tener que hablar de un Do3, Do4 ó Do5 para el Do central.
Es decir, toda melodía infantil matizada con el registro implicaría no anotar nada desde el punto de vista central o números controvertidos si el "1" se adjudica en los distintos graves del continuo.
Do3 Do3 Re3 Do3 Fa3Mi3 Do3 Do3 Re3 Do3 Sol3 Fa3
Do3 Do3 Do4 La3 Fa3 Mi3 Re3... Sib3 Sib3 La3 Fa3 Sol3Fa3
Luego, observen que la octava no sea tal vez la de un niño-niño
Do4 Do4 Re4 Do4 Fa4Mi4 ... Do4 Do4 Do5 La4 Fa4 Mi4 Re3... aún en sistema franco-belga. Si la pasamos a los dígitos de Riemann, donde hay un 3 pongan un 5.
Lo que esto implica ortográficamente es que los números más bajos (¿sencillos?) jamás serán usados para la notación de instrumentos basados en el registro medio en sistema franco-belga y similares. Es decir, supuestamente podríamos ahorrarnos que si C1 = C, la "C", o el "Do" central tomado como normal, la escritura cómoda, ahorrativa, incompleta... C C D... C F E ... fuese de verdad la buena, pero ortográficamente solo es la real-completa en sistema Huygens, no es el Sistema Franco-belga o el de Riemann. A decir verdad, yo no suelo molestarme en escribir Do3 ni Do4 en melodías que no superan la octava, sino que uso las comillas con independencia del registro de las flautas o los xilófonos al tocar cosas muy sencillas: más importante es detallar el ritmo. Pero los instrumentos que superan varias octavas, caso de la guitarra y como venimos viendo, el "problema" de su presentación pragmática para con la afinación es susceptible de entenderse solo gracias a un contexto de a prioris que no figuran por ninguna parte.
Probablemente muchos de ustedes hayan vivido la música o escrito y leído notas de mil melodías al margen de estas anecdóticas polémicas . No hace falta decir tampoco que una melodía de un ámbito de quinta u octava, que puede cantarse en distintos registros, puede prescindir de ciertas marcas. Y, que en el caso de la máquina de escribir, sus símbolos complementarios de los números (en mayúsculas) incluyen esa comilla aguda, las dos comillas, y la posibilidad de dar tantas veces como se necesite a la tecla para sugerir la cuarta octava o la quinta: C C' C'' C''' C''' C'''' tanto como se necesita, o se pueda subir desde el sonido más básico. Pero tomada la C de forma central y estricta, el procedimiento simétrico de Helmholtz (desde C como Do central) tampoco llegaría al C'''' o el C''''.
En sentido propio a los recursos de otras formas de escribir, otros sistemas, es evidente que un C'''', que parece un cinco romano aditivo lo sustituyamos por otro cinco: Cv, pero ¡vaya! el procesador de Bloggler no me permite ponerlo como superíndice directamente: hay que dar rodeos. Es decir, la simplicidad formal de los índices de Helmholtz sobre el papel, con un bolígrafo en mano, no funcionan igual si la máquina con que escribimos no permite dar esa pequeña pincelada. Desde muchos puntos de vista es evidente que la escritura simétrica de Helmholtz permite que el tipo se ensanche lo justo pensando alrededor de lo que no tiene nada ,C < C < C'
Luego, es evidente que un cinco en V, 5 o así IIII (a la presidiaria) es mucho menos aparatoso, lo cual da pie a pensar que los índices, más allá del tres, aunque adopten formas retrógradas queden mejor como los calamares (a la romana): I, II, III, I, V, siguiendo el juego de las comillas como los palitroques que son. Y si no, los números arábigos, lo cual es hacer un poco lo que se hizo después, pero en lugar de poner el número en grande ponerlo en pequeño y en la parte superior de la nota.
('''C) ... C ... C''' es el espacio propio de 6 octavas.
y C-3 C C3 su equivalencia usando números negativos.
La diferencia sustantiva entre Helmholtz y los que vinieron después es que siendo ,C una marca de dirección hacia los graves (contrasentido del agudo) no se moja en la polémica identitaria con la semántica de los números negativos. C no es C0, sino C central, y es evidente que el C central en la práctica de la escritura es relativo a la afinación de distintos instrumentos, lo cual hace que el C de Helmholtz en flauta no sea el C de un violonchello, más cercano al C de Boecio por su semejanza con las voces masculinas.
La escritura de dos apóstrofes altos: 'C y C' , si se juntan pueden dar problemas:
C''C = C''+C ó C' + 'C; lo cual implica que el apóstrofe bueno es caligráficamente el bajo para las octavas graves, pues si no dependemos de los espacios: C' 'C ... para entender los signos por separado. La solución no impide decir que las abreviaturas son análogas, pero el espacio en música es tiempo. Si hay que escribir dos notas que son semicorcheas (a pesar de la separación de dos octavas) e indicarlo de forma conexa ,CC' o C',C ... la ortografía de Helmholtz no da lugar a dudas.
Más casi nadie se acuerda de Helmholtz o de Boecio cuando aprende por imitación a llamar a las notas Do, Re, Mi... o escribir las notas, acordes, etcétera con CDEFG... La realidad es que llevamos al registro central la C o a una octava más baja o alta para escribir cómodamente. Sucede igual con la clave de Sol, debería ir octavada en el flautín y sub-octavada en la guitarra, pero no se hace.
Si estuviéramos en sistema AP el problema de las comillas se reduciría a la mitad, evidentemente:
AP (AP)' (AP)'' empezando por abajo
O comprendiendo cualquier solución de las que se han citado:
AAPP AP A' ... A'' (ocho octavas)
Claro que sucede que AP, como Alianza Popular, ha pasado a la historia, y que ya no se suena por el alfabeto latino.
No es un problema que cada instrumento se las apañe para utilizar los distintos recursos históricos o simplemente gráficos para solucionar sus necesidades de escritura, pero es evidente que esto determina que haya sistemas de notación con distinto valor para las cifras o las letras.
Por igual, las poéticas de comparación o analogía cambian.
Para los antiguos el grave eran las mayúsculas y el agudo las minúsculas.
En este orden, Odón, también se reduce por la mitad el uso de las comillas:
Aa (Aa)' (Aa)''...
...o bien atrapando las mayúsculas en graves y minñusculas en agudos: A A' A'' a a' a'' aunque desconectemos la secuencia natural de las letras y la función de octava de la coma.
Luego, la lógica de esta estética es cuerdas graves o tubos gordos vs cuerdas finas o tubos finos, pequeños, cortos... Leyes de Mersenne que desde la visión de los productores de las distintas ondas crean esta secuencia, aparentemente inamovible: 1º mayúsculas, después minúsculas. Luego, para hacer estructuras de más de dos octavas, arréglatelas como puedas.
Más, la inferencia moderna se estriba en las alturas, en el sonido, y lo alto implica otras asociaciones, pues también es verdad que es más alta la letra A que la letra a, de forma que a veces funciona en la escritura didáctica, rápida o de la calle un tipo de intuición (más que de sistema ortográfico x) basada en que A = la frecuencia de ax2.
Lo llevo viendo un tiempo, así que ya me he acostumbrado a tocar así, a pesar de que se invierte el código hereditario.
A propósito del sentir sinestésico es evidente que no hay una forma unívoca de pensar las funciones de los distintos grafos de la escritura. Es más, en el caso de los agudos de la flauta hay razones para pensar que a la hora de representar esos sonidos que se te meten por el tímpano de malas maneras poner las mayúsculas antes de las otras, pues son más duras y picudas que las otras,
A-a puede funcionar como escritura de la misma nota en distinta octava, siendo una más grave que la otra y viceversa.
la sustitución de cuerpo puede paliar esta función, es cuestión de arbitrar:
A A A A A
Pero también se puede pensar que así (con tamaños) se representa lo importante, la dinámica o el ruido que emite un foco que se va alejando.
Si juzgamos que el criterio de altura musical depende de la altura del tipo (eje y) el paso del grave al agudo se invierte.
A A A A A , y a decir verdad el signo tipográfico no crece solo en altura, sino en tamaño en general. Las soluciones son evidentes: hacer letras que se estiren solo en el eje y sin variar el ancho de la caja del tipo, pero ¿están a disposición de su máquina de escribir? Es más, yo se las puedo conseguir, pero advierto una cosa: no le valdrán más que para la escritura horizontal, porque en tablatura tal vez tenga que poner de maneras diferentes, con índices o grosores, las respectivas octavas al no caberle letras tan altas entre las distancias que separan dos cuerdas....¡habría que girarlas! y tal vez,... nos metamos en otro fregado.
Todos estos datos de la notación alfabética es porque en el fondo los dos sistemas visuales descriptivos que dominan el panorama (tablatura y pentagrama) también se pueden reducir a la nada escribiendo las notas de mil formas, ya alfabéticas (Boecio, Odón, Helmholtz...), numéricas (Julián Carrillo entre otros), o simbólicas (Jhon Cage, Aschero...), pero contarían otras cosas y carecerían de mucha información sin toda una retahíla de signos adicionales.
En el fondo, la tablatura es un sistema que arroja la posibilidad de tocar el mástil afinado de un instrumento sin conocer como se llaman las notas, lo cual produce gente que sabe un repertorio de melodías y canciones, pero no es capaz de comunicar qué notas están dando.
El pentagrama ofrece las notas en altura, pese a un código, pero luego hay que saber leer ese sistema y conocer la correspondencia gráfica de las alturas del sistema pautada con los lugares que tiene cada nota dentro de su instrumento, lo cual implica el estudio por separado del lenguaje musical y la tabulación y digitación de la guitarra.
Pero si te aprendes esto:
que parece mucho, pero es la repetición de un principio diatónico-cromático...
C #/b D #/b E F #/b G #/b A #/b B C... siempre cíclico. De hecho, deducible si sabes que EADGBE es la afinación al aire y aprender a sumar intervalos, de forma que F Bb D# G# D F son las notas del primer traste... etcétera. Y cuando aprendes eso..., para lo que te ayuda la escala de Do mejor que ninguna otra:
... ya solo tienes que saber leer.
Puede parecer absurdo, pero este desdoble no es diferente al de hablar y escribir-leer. El que habla ya sabe decir [cuchara], pero no reconoce la palabra escrita "cuchara" ni la sabe escribir "cuchara", más en todo caso sabe decir "cuchara", y pensamos que alude con ello a lo que es una /cuchara/. Cuando aprendes que Do3 (ó Do2) está en el tercer traste de la guitarra estás aprendiendo un signo de los que suenan, en concreto un Do. Y cuando te ponen la partitura para que toques Do, al leer, la pronuncias.
La metáfora de la tablatura es compleja después de esto, pues implicaría hacerle hablar a la guitarra diciéndole cómo tiene que poner la boca, o mediante un principio imitativo basado sobretodo en la propia voz, pues /la lectura/ de un sistema no deja de existir (hay decodificación), pero como decíamos de los signos egipcios, los símbolos están más motivados. Si la vaca es V o el toro es T y en ambos casos vemos los cuernos, el dibujo sintetizado, una pista... es más fácil de asociar y recordar. Pero si decimos que la V es de Valencia y la T es de Teruel hay que aprender a relacionar conceptos; estudiar la forma de las letras y saber como se escriben las ciudades. Es decir, en tablatura pintamos Do con lo que han de hacer los dedos, no mediante un sistema arbitrado, aunque tenga todo el sentido del mundo y esté homologado.
El método de la tablatura es por tanto un poco más directo (orientado sobre todo a la práctica), y el otro de principio algo más pesado, pues es generalista y por las enseñanzas oficiales no se enfoca directamente a ningún instrumento: solfeo, ritmo, dictado, análisis..., pero al final los dos bien usados confluyen es la misma historia: aprender a tocar leyendo o a sacar las notas de un tema de un sistema de escritura.
Con todo esto no quiero decir que la tablatura sale ganando en coherencia: ya no hablamos con pictogramas. Es más sencillo para iniciarse, y genial para encontrar no las notas, sino la técnica de los guitarristas (bending, slide... mutes, pulles...). Es edificante para sacar canciones, pero dada su sinceridad en el código, nos ahorramos el juego de la encriptación de la partitura.
Luego, la encriptación de la partitura no es tan misteriosa, aunque desde alguna teoría puede parecer que la han hecho difícil para que no sea popular. Sin embargo, la dificultad que entraña también es el juego que en educación permite darle tanta importancia a la música, pues ayuda a abstraer, obliga a pensar con las matemáticas y en el fondo desarrolla el cerebro porque propone un método de escritura que no es fácil ni común. Yo soy un poco experimentalista con las escrituras y presentaciones de la música, y puede ser mucho más fácil de cifrar y de escribir de lo que es, no lo dudo, pero el sistema clásico tiene su punto, y no dudo que también se puede hacer más complejo si nos ponemos.
Esto es un apunte por lo que me refería a los sistemas de escritura musical en descriptivos y no descriptivos, o simbólicos. Y, obviamente, de las cargas mixtas de esta división surgen los más populares para adultos, pues los excesivamente simplistas no sé por qué, no acaban de madurar.
CONCLUSIONES PRECIPITADAS
No pretendo hacer un tema demasiado extenso cuando escribo en tono bloguero, ni una reflexión demasiado académica de los rudimentos musicales. Por una parte es lícito que la gente pueda hacer música sin saber como se llaman las notas, cómo se escriben o cómo se escriben además correctamente. Cuando una persona canta bien, entona y tiene voz, nadie le pregunta que si sabe solfeo, y de tablaturas para gargantas hay poco escrito. Sin embargo, con los instrumentistas estamos (incluso las veces que tocan bien o muy bien) a ver si le encontramos las carencias y los puntos débiles. Luego, estudiar canto puede apoyarse en la escritura, pero se mira la respiración, como aguantar el aire, expulsarlo, cuidarse la garganta, cantar de cabeza, de pulmón... es decir, técnicas de canto..., para cantar. Y si canta bien y nadie le ha enseñado también lo admiramos, entendemos su talento y mérito. No es desestimable por ello el "instrumentista bruto" que solo quiere tocar a base de tocar, y si consigue llegar alto o muy alto sin ayuda se merece el mismo respeto que el que canta y a base de horas lo hace bien. Luego, atascarse en el aprendizaje a veces requiere de un desatascador, que puede ser un maestro o algo que funcione como ello, a veces son los libros, otras la observación a los demás y sacar conclusiones aplicables.
(omisión)
Hay mil formas de escribir la música y no todas atienden a las alturas, por ejemplo, las tablaturas de los instrumentos de cuerdas cifran los trastes no las notas, aunque sobre la base, a veces (otras incluso se da por sobreentendido) se identifican las correspondencias de las cuerdas al aire con frecuencias que tienen nombre propio en sistema "americano" o "europeo" ¡mal!, es decir, en sistema alfabético o silábico de Guido y sus continuadores.
La tremenda admiración que sentimos muchas naciones por la cultura de los EEUU no evita tener que decir que la tablatura americana es probablemente un mito, y si se demuestra que el rock fue editado en tablatura antes que el rock británico en los EEUU me lo tienen que demostrar. Si nos remontamos al Renacimiento hay muchos focos en los que se publican tablaturas: Francia, España, Inglaterra, Italia o Países Bajos, aunque es verdad que no es tablatura moderna.
Quien sabe si se inventó en Chile o en Méjico... o en las colonias americanas de la Corona Inglesa, lo cierto es que en el siglo XVI es cuando surgen las primeras y el resto son más sofisticadas, pero igualmente de imprenta que las primeras.
Hay sí una verdad manifiesta alrededor de considerar americana a la tablatura, que es el hecho por el cual el rock, con toda su fama, fuerza y extensión es el que ha agilizado a través de la guitarra eléctrica y su técnica un repertorio amplio de pequeños signos que han engordado el repertorio gráfico de las tablaturas de guitarreros y que no existían antes. ¿Fueron los americanos, los europeos o los japoneses y chinos (por imitar a los otros) los que empezaron a editar al detalle las minucias de la técnica de los guitarristas a partir de ese método intuitivo y popular que tiene tantos adeptos?
Las respuestas llegarán en otra página.
Víctor Montero
Sinceramente , a moça digita muito parabéns á você ! Prof. Pereira
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