AFINACIÓN DEL NARANJA
No hace 24 horas que publiqué la página de "La afinación del color", después cama, tareas, bochorno de verano y pinturas. No hay fútbol que ver ni Dios que pare con estos calores de forma que tampoco apetece encender el ordenador, leer o escribir. Sin embargo, pensar a veces, no se puede por menos, incluso cuando te apetece echar la siesta te abordan los pensamientos, así que a veces sueño pensando en colores o soniquetes varios.
Ayer que estuve escribiendo no pude pintar, y sin embargo tengo deberes pendientes. Estoy reconstruyendo un móvil de 12 piezas que hice hace unos años basado en la afinación del rojo que se opone al turquesa, es decir, aquella que si se hace medianamente bien, o trucando los semitonos respecto a los modos convencionales del rojo al amarillo sale una tercera menor.
Es la enésima que estudio el color desde las tintas, de forma que cuando lo hago pierdo los papeles, saco unas conclusiones, las apunto y se me suelen quedar dentro de los ordenadores que van cascando o en discos de seguridad que debería organizar este verano. Para este estudio del color he comprado tintas acrílicas de la marca Titán, ya lo he hecho con acrílicos del chino, óleos, temperas Pelikán, ceras y acuarelas, pero sobretodo con el Photoshop o el Corel, donde es mas difícil mancharse, pero también es más difícil ver la verdad sobre las tintas. En verdad puede parecer una pérdida de tiempo emplear el mismo en hacer cosas hechas que parecen de primaria o de secundaria, no es distinta la actividad que yo hago en casa de la que he propuesto a chicos de 15 años cuando he dado clase de plástica. Más no es el ejercicio de confeccionar un círculo cromático lo que me preocupa, sino de asegurarme de que cuento de verdad cosas que me han pasado con las tintas y no cosas que me esté inventando en la improvisación de los escritos a partir de la experiencia. Si hubiera algún libro que me hubiera influido notablemente lo diría, tengo el de Leonardo por ojear y uno de la casa Párramon, el de Goethe y el de Jhon Cage, Wikipedia..., pero para hacer un círculo cromático no necesito guías, entre otras cosas porque ya los he hecho de varias formas, y porque no suelo hacerlo de las formas más convencionales.
Como decía, el móvil que estoy restaurando es un cuadro de 12 cuadraditos que representan cada uno una nota de un sistema temperado y que se expuso en Zamora en el Palacio de la Alhóndiga en una exposición titulada CADENCIAS.
(Julio de 2004)
La exposición la compartí con L.G. Morrondo y fue toda una experiencia. La verdad es que se también se hecha de menos la labor de Félix Matilla para los pintores de la provincia. desde que desapareció La Plaza de los pintores Zamora ha perdido el punto analógico de calma que se merece en este mundo de torbellinos digitales que nos rodea.
Después se desarmó el marcó y al final repartí las cromas (notas) de forma que me quedé solo con la de color Turquesa, de panel contrachapado, 20 cm x 20 cm, y una profundidad de 4-5 centímetros, profundidad que no servía a nada salvo a corporeizar el soporte y voltear la armonía hacia una segunda versión de la escala que debería haber por la ora parte (en concreto ley de semitonos vs ley de quintas). Me fastidia hacer cosas hechas, pero esta labor a veces de mantenimiento en tan necesaria como la de refrescar las neuronas.
Al final esta semana compré dos rojos, dos amarillos y dos azules (tres con el cyan) en vista de atrapar las diferencias de círculos cromáticos según se escoja un "R", un "Y" y un "B". Como digo en el otro post, el "B" no es el del sistema RGB, sino una tinta que es azul ultramar oscuro o claro, y concretamente de la marca Titán y de la serie de acrílicos que no están refinados, unos valen 6€ y los otros más del doble, incluso el triple con la misma cantidad (sobre 18-20€).
Como me he propuesto hacer melodías en colores también tengo papeles de color, cartulinas varias, mucho más cómodas de cortar y que ya vienen con el tono de fábrica, de forma que me es mucho más fácil cortar y pegar que hacer cosas analógicas, pero el mundo real cuenta, da otro tipo de producciones y el color no solo hay que saber verlo sino saber fabricarlo o al menos pelear con sus mezclas.
Si hoy es sábado noche, el jueves pinté el turquesa seguido de cyan y precedido de verde (era lo que tenía) y preparé con tapaporos la superficie de los demás, algunos de DM otros de panel, quizás que haya que repetir porque se han astillado con la sierra de disco, de manera que lo que quede será un prototipo, y lo que estoy haciendo una práctica.
Esta tarde, de tarde con luz de garaje llegué hacia atrás del turquesa hasta el rojo, no sin complicaciones. Las complicaciones han sido porque yo he querido, me lo he buscado al usar dos amarillos y dos rojos por accidente, de forma que había que unir las gamas, porque como dije ayer lo que mueve un vértice de la tríada de primarios afecta en cadena al resto.
Luego no quiero dejar de pasar la experiencia que este invierno he tenido con un amigo que se iba con una chaqueta más allá del color butano otro naranja), y que estaba en la ambigúedad del naranja y del rojo, yo decía que tenía la chaqueta de un color y él que no, que era del otro, más ya no recuerdo quien decía qué. El caso es que si miramos que la selección holandesa usa camiseta naranja, y se le llama la naranja mecánica, tenemos ahí otro uso del "naranja" asociado a una prenda de vestir que emite una frecuencia dada, quizás no la CIE, pero popularmente otro naranja, quizás pasado de tono (hacia el rojo) respecto a la naranja valenciana.
No hace 24 horas que publiqué la página de "La afinación del color", después cama, tareas, bochorno de verano y pinturas. No hay fútbol que ver ni Dios que pare con estos calores de forma que tampoco apetece encender el ordenador, leer o escribir. Sin embargo, pensar a veces, no se puede por menos, incluso cuando te apetece echar la siesta te abordan los pensamientos, así que a veces sueño pensando en colores o soniquetes varios.
Ayer que estuve escribiendo no pude pintar, y sin embargo tengo deberes pendientes. Estoy reconstruyendo un móvil de 12 piezas que hice hace unos años basado en la afinación del rojo que se opone al turquesa, es decir, aquella que si se hace medianamente bien, o trucando los semitonos respecto a los modos convencionales del rojo al amarillo sale una tercera menor.
Es la enésima que estudio el color desde las tintas, de forma que cuando lo hago pierdo los papeles, saco unas conclusiones, las apunto y se me suelen quedar dentro de los ordenadores que van cascando o en discos de seguridad que debería organizar este verano. Para este estudio del color he comprado tintas acrílicas de la marca Titán, ya lo he hecho con acrílicos del chino, óleos, temperas Pelikán, ceras y acuarelas, pero sobretodo con el Photoshop o el Corel, donde es mas difícil mancharse, pero también es más difícil ver la verdad sobre las tintas. En verdad puede parecer una pérdida de tiempo emplear el mismo en hacer cosas hechas que parecen de primaria o de secundaria, no es distinta la actividad que yo hago en casa de la que he propuesto a chicos de 15 años cuando he dado clase de plástica. Más no es el ejercicio de confeccionar un círculo cromático lo que me preocupa, sino de asegurarme de que cuento de verdad cosas que me han pasado con las tintas y no cosas que me esté inventando en la improvisación de los escritos a partir de la experiencia. Si hubiera algún libro que me hubiera influido notablemente lo diría, tengo el de Leonardo por ojear y uno de la casa Párramon, el de Goethe y el de Jhon Cage, Wikipedia..., pero para hacer un círculo cromático no necesito guías, entre otras cosas porque ya los he hecho de varias formas, y porque no suelo hacerlo de las formas más convencionales.
Como decía, el móvil que estoy restaurando es un cuadro de 12 cuadraditos que representan cada uno una nota de un sistema temperado y que se expuso en Zamora en el Palacio de la Alhóndiga en una exposición titulada CADENCIAS.
La exposición la compartí con L.G. Morrondo y fue toda una experiencia. La verdad es que se también se hecha de menos la labor de Félix Matilla para los pintores de la provincia. desde que desapareció La Plaza de los pintores Zamora ha perdido el punto analógico de calma que se merece en este mundo de torbellinos digitales que nos rodea.
Por mi parte cada cuadro o pieza era más que un cuadro, porque abordaba problemas teóricos que rodean al color, o bien otros elementos de la representación, ya sea la proporción, el formato o las funciones que cabe esperar de la forma y el color por el hecho de hacer pintura para ser colgada en una pared.
Por ejemplo, el cuadro de lo anterior, que parece una pirámide vista desde arriba no es otra cosa que un cuádruple (cuando menos) discurso de las derivaciones del color por la luz, la sombra, la saturación y el componente brillo sombra que lleva asociado, cada pared un discurso, y luego el de la suma de las partes: al final parece una pintura tridimensional sin la pretensión de serlo por la forma en que proyectamos la experiencia de la luz y sombra hacia lo que estamos viendo, convirtiéndose el cuadro de pared en una especie de trampantojo con relieve. Luego, ponerlo en RGB es una especie de contradicción, pues está hecho con tintas, pero ya por entonces empezaba a pensar que las cosas no son blancas ni negras, ni por qué narices hay que ser adepto o adicto a un tipo de teoría concreta que no resuelve del todo la problemática final del color: la capacidad de armonizar la síntesis con la percepción.
[Al final el fabulosos tríptico se come con los marca páginas la poca información que queda de los cuadros expuestos (los míos boca abajo).].
No estoy en contra de que se defienda la práctica del RY porque guste su reparto más que el de CMY o porque la paleta es más agracedida en cuestión de semitonía basada en brillo+croma, pero no estoy en nada de acuerdo con las teorías que dicen que si sumas rojo y verde da negro, porque esto depende del tipo de rojo y del tipo de verde en juego, y cuando el rojo es vivo y el verde es medio, el negro marronea, consecuencia de que el triángulo no está bien calibrado. Y no hay que responsabilizar a la química 1) DE QUE LAS TINTAS NO RESPONDAN, PERO EL ESQUEMA SEA EL BUENO; Ó 2) DE QUE HAY QUE REPARTIR LAS TINTAS EN FUNCIÓN DE SU PROPIA NATURALEZA, Y que al final en el círculo cromático se instalen las condiciones de la química más que las de una buena percepción de los saltos y la complementariedad dentro del esquema.
Luego, no crean que es que los artistas tenemos un galimatías que no hay quien nos lo calre, el sistema RGB y el CMY funcionan porque sus fórmulas o funciones matemáticas de mediación optimizan los desequilibrios de sus propias ternas de partida.
Por ejemplo, sin la ley de Grassmann para la síntesis de un lumen de blanco el RGB no daría un blanco, sino un blanco azulado. Es decir, para que la señal de vídeo monocromática o señal de luminancia sea neutra en color os componentes RGB se aplican mediante la siguiente fórmula:
Y = 0,30R + 0,59G + 0,11B
Cuando se le achaca al gran Leonardo que no era preciso con el método de las cucharillas, se le quiere pedir que las partes de las mezclas de pigmentos sean más enteras de lo que expone, cuando es imposible calcular cuanto café hay que echarle a la leche para conseguir un marrón sin saber de la pureza del café o lo aguada que está la leche. Con la leché y el café, la luz y los pigmentos pasa lo mismo, las cantidades dependen de la fuerza y las reacciones no son de los colores, sino de la física y química que hay detrás de aquello que produce una sensación de color concreta.
En buena medida saber que para obtener el naranja no hay que echar un 50% de rojo y un 50% de amarillo hablando de cantidades debería ser una prueba superada, pero a veces hay que recordar que el punto medio entre dos colores es una idea condicionada por la subjetividad a la par que con las fuerzas ocultas en las cantidades de las sustancias que median este encuentro.
No hablo de esto en la pieza que he realizado, sino que opera con ello para hablar de otras cosas como el reparto de semitonos y su correspondiente sentido analógico hacia una identificación con los sonidos musicales. En el momento de hacer esta exposición (2004) ya estaba superando un poco la cuestión de representar las notas como tintas planas, es decir, no del todo, pero me estaba apartando un poco de lo que había coincido en teoría en un primer momento con los autores del XIX y principios del XX. Ahora, 15 años después creo que tengo capacidad de hacer crítica y autocrítica de todo lo ideado, a la par que me he ido encontrando muestras de autores parecidos a mí preocupados por los mismos temas sin el esfuerzo de tener que buscarlos expresamente.
No dispongo en el momento la foto de la pieza que estoy restaurando, pero inevitablemente hablaba o criticaba alguna situación de la escala cromática de las tintas, más sin verlas no se decir por dónde iba encaminada la solución aportada, aunque sí se que a lo musical, a la analogía del color y la música, el color compuesto defendía la idea de que solo mediante policromía la croma que equivale a la nota es como puede hacer su espectro de Fourier, o dicho de otra forma, de relacionarse artificialmente a distancia con intervalos propios del esquema. Por lo pronto, al igual que el sistema de tintas RYB no garantiza su conexión con el mundo real, tampoco es necesario pensar o deberse a las tintas de que se dependen para crear el resto a la hora de edificar una rueda cromática, es decir se puede hacer una distribución RGB desde tres tintas (RYB) , aunque no quede con la extraordinaria lucidez que si el RGB se debiera a rayos luminosos. Otra cosa es que no hay porqué obstinarse en que el punto departida RYB es el de un triángulo equilátero, pero esta geometrización es la por división par nos lleva al doce de la manera más sencilla. No sé aún como hice las 12 notas, pero supongo que era una síntesis mixta de las 8-9 posibles (ayer hablé de 5).
Después se desarmó el marcó y al final repartí las cromas (notas) de forma que me quedé solo con la de color Turquesa, de panel contrachapado, 20 cm x 20 cm, y una profundidad de 4-5 centímetros, profundidad que no servía a nada salvo a corporeizar el soporte y voltear la armonía hacia una segunda versión de la escala que debería haber por la ora parte (en concreto ley de semitonos vs ley de quintas). Me fastidia hacer cosas hechas, pero esta labor a veces de mantenimiento en tan necesaria como la de refrescar las neuronas.
Al final esta semana compré dos rojos, dos amarillos y dos azules (tres con el cyan) en vista de atrapar las diferencias de círculos cromáticos según se escoja un "R", un "Y" y un "B". Como digo en el otro post, el "B" no es el del sistema RGB, sino una tinta que es azul ultramar oscuro o claro, y concretamente de la marca Titán y de la serie de acrílicos que no están refinados, unos valen 6€ y los otros más del doble, incluso el triple con la misma cantidad (sobre 18-20€).
Como me he propuesto hacer melodías en colores también tengo papeles de color, cartulinas varias, mucho más cómodas de cortar y que ya vienen con el tono de fábrica, de forma que me es mucho más fácil cortar y pegar que hacer cosas analógicas, pero el mundo real cuenta, da otro tipo de producciones y el color no solo hay que saber verlo sino saber fabricarlo o al menos pelear con sus mezclas.
Si hoy es sábado noche, el jueves pinté el turquesa seguido de cyan y precedido de verde (era lo que tenía) y preparé con tapaporos la superficie de los demás, algunos de DM otros de panel, quizás que haya que repetir porque se han astillado con la sierra de disco, de manera que lo que quede será un prototipo, y lo que estoy haciendo una práctica.
Esta tarde, de tarde con luz de garaje llegué hacia atrás del turquesa hasta el rojo, no sin complicaciones. Las complicaciones han sido porque yo he querido, me lo he buscado al usar dos amarillos y dos rojos por accidente, de forma que había que unir las gamas, porque como dije ayer lo que mueve un vértice de la tríada de primarios afecta en cadena al resto.
Por ejemplo, en un sistema CMY el amarillo es un amarillo medio, es un tono vivaz, y esto ayuda a que los naranjas no sean malos del todo, porque no median con el rojo para que se consigan, sino con los magentas, más apartados en el círculo. Es decir, aunque idealicemos el círculo, el color se comporta como una cuerda. Es como si el triangulo de Delacroix se inflara para aparentar ser un círculo, pero en verdad son líneas rectas o casi rectas, y si el esquema es recto o curvo no tiene tampoco que ver con la curva de la percepción que va por libre ya representes el círculo de color en círculo o el círculo de color de forma estrellada.
Más, contaré lo que he hecho después de tener el turquesa de los 12 colores, un azul-verdoso, pero no el del sistema RYB, porque ese sistema no tiene cyan, y el que hice para la exposición sí que lo tenía. De tal forma, sabía que debería de pasar por el cyan antes del Blue, pero de Cyan a Blue (azul ultramar) hay una distancia que me parece más que un semitono, por lo que me pensé seguir hacia los azules porque me iba a encontrar ese problema, por ahí, mediando un azul entre el ultramar y el cyan, el círculo se me iba a ir a 13-14 semitonos, aunque hay un truco un poco hábil que es cargarse el rojomagenta y hacer el magenta y una pizca más colorado de su estado normal. Estas aberraciones de la croma no son tan dramáticas si vemos que del magenta al rojo el paso no está bacheado, y a qué me refiero por bacheado, a que la croma discurre sin saltos de brillo, lo cual parece que los tonos son más vecinos de lo que son, en sentido global. Esto lo digo yo, Víctor, pero hay quien opina o contrario. Luego, si queremos hacer un círculo de color bien no puede faltar ninguna pieza, ni sobrar. El tema es que un sistema RYB con cyan y azul turquesa no existe porque entre el verde y el susodicho "azul", llámese Blue, solo hay un color intermedio.
Bueno, esto lo digo a colación de que en un momento del trabajo ya no estaba restaurando el sistema de 12 colores que hice hace unos años sino uno distinto embriagado por los distintos círculos cromáticos de los que hable ayer, yo pintaba y pensaba este para la paleta RYB, este para la que es CMY y éste para la mixta, y al final me quedé sin planchas de las que estaban bien cortadas, pero seguí pintando.
Como no quería repetir, de cada mezcla tenía que tirar tinta sobrante, limpiar o repartir por los paneles del garaje, al final me hice un poco el lío, y para colmo como la luz del garaje es pésima y he trabajado a contraluz sobre una bancada de mecánico (donde tengo el cúter, la lija... y un pequeño apoyo) si ayer o antes de ayer eché amarillo limón y rojo vivo, hoy eché un rojo cadmio más cercano al magenta y el espacio rojo-amarillo se me hice eterno.
Por esta parte, hay que ver que si con el Rojo vivo-Amarillo el sistema RYB estura la distancia rojo-amarillo de segunda (2 semitonos) a tercera mayor (4 pasos), si el Rojo es un poco más frío o oscuro, la distancia es más grande. Y si se junta el que se sustituye el amarillo medio (que tira a plátano) por un amarillo limón, pero amarillo (también hay verde limón), la distancia se estira por delante y por detrás. Diríamos que si Rojovivo-amarillo es a tercera Mayor (4 s) la distancia ampliada por arriba y por abajo es de 6 semitonos, y así parece, da para hacer todo eso, aunque luego el amarillo no es tan limón como pinta en el nombre del producto, sino solo un amarillo un poco menos maduro.
Por esta parte, dado que el amarillo llamado limón es un amarillo que parece /amarillo/ ya me había equivocado el día o la mañana que rellene algún paso con verde amarillento, pero no le día importancia. Tiene importancia en la medida en que el amarillo si se cambia por otro [amarillo] las características del amarillo afectan a 2/3 partes del círculo, pues solo las mezclas entre Rojo y Azul, en este círculo o circunferencia externa no cuentan con el tercer elemento.
Luego, la luz del garaje es blanca, pero no del todo, y puede ser que estuviera viendo todo un poco virado, a pesar de como dicen el ojo funciona bajo una ley de la constancia que le permite calibrar continuamente. A decir verdad, cuando he tenido dudas me he salido al salón o a la calle a comprobar lo que estaba pintando y las diferencias de las tintas, porque en el garaje lo veía de una forma contextualmente agradecida, pero había que comprobar las distancias, y la luz tanto más blanca mejor, y con la suficiente potencia también. Bueno, como le tengo que hacer fotos a unos cuadros ya veré si la luz del garaje es blanca o me lo he creído yo cuando pintaba.
El caso es que me encontré con esa cuerda del rojo frío al amarillo "limón" de nombre y empecé a hacer naranjas, y claro el rojonaranja era un rojo, así que me percaté de que había cambiado el vivo por el cadmio y que tendía que repetir más de alguna mezcla. Por fortuna el rojo, el panel de 20x20 estaba allí de referencia para avisar de que él era el rojo del sistema, el rojo que iba a poner sí o sí pintando en estructura CMY, pero apoyado en más tintas, y claro al ver que el rojo se dirigía no al Yelow-yelow sino al alimonado, entonces como tenía más naranjas de la cuenta pensé: pues hago el sistema RYB de principio hasta donde llegue, o el de 14 colores, y ya repetiré lo que hice en su momento, de lo que habrá alguna foto por alguna parte. Es decir, había que aprovechar los fondos naranjas, y del rojo al amarillo limón podía comprobar si se corrige un poco el círculo cromático tal y como se supone si la medida RY, con ambos vivos, es descabellada.
Después, no se si por inercia o por los colores que había debajo, que desplacé uno detrás de otro de lo que tenía pintado con el rojo cadmio, subiéndolos cuartos de tono o lo que fuera, llegué a la antesala del amarillo limón con tres naranjas: el rojizo, el medio y el amarillento y me dí cuenta de que aún había espacio para otro, es decir, que había subido tímidamente, o como se suele subir cuando se ha de llegar al amarillo vivo, quizás la mezcla de estas dos tendencias.
Claro que aquí se puede explicar por qué los artistas estiran tanto la cuerda de los cálidos, el ojo encuentra en ellos una amplia gama de matices. De entrada, todo esto que cuento con palabras lo debería de expresar con imágenes, pero luego irán, lo que sucede es que también quiero hablar del problema de las palabras cuando nos referimos al color, porque "naranjas" hay muchos, como "rojos", "amarillos" o "azules"..., y al margen de que allá dos sensaciones distintas susceptibles de ser consideradas rojas o naranjas al mismo tiempo, cada cual tiene una idea de lo que es el rojo medio o el rojo-rojo, y el naranja-naranja. Luego, influye también el esquema en el que miremos el color y la teoría nominalista que apliquemos a la hora de repartir cromas y matrículas.
Por ejemplo, del rojo cadmio al amarillo medio es evidente que habríamos de llegar a un punto medio que fuera el más medio de todos y el más naranja posible al jugar con estas tintas. Debo decir que este naranja que resulta de jugar con rojo cadmio y amarillo limón es poco afrutado, que recuerda mucho al del cuero, en algunos casos al de la miel, o el café con determinada cantidad de leche..., pues al fin y al cabo marronea, pero no brilla, como he dicho: es poco afrutado. En todo caso, si hubiera hecho un esquema Rc (de cadmio) Y(limón) B (ultramar) de 12 pasos, el sistema "RYB" construido no sería el de la Bauhaus, sería torpe a la irisación con la gama cálida que se está abriendo y mucho más otoñal que de costumbre.
A decir verdad, el sistema R"Y"B arregla los naranjas bastante, pero no del todo, pero el naranja sale por aproximación después de todo, porque naranjas que imitar hay muchos. El problema pues de este sistema o del sistema CMY e que el naranja más vivo no queda en la cuerda de las transiciones posibles de las tintas que lo configuran. Creo recordar ahora si tan vez no me compré de aquellas un óleo naranja para mediar con exactitud el [naranja] allí donde quería /naranja/.
No sé, ya tenía la croma de 20x20 preparada, con el rojonaranja que va después del rojo, con el naranja medio que había conseguido dominando la plana y con el naranja que va al amarillo en última instancia, y ví que el amarillo estaba aún lejos. Pensé que estaba subiendo muy tímidamente del rojo al rojonaranja, pero as cantidades de tinta eran alarmantes. realmente, si se ha de conseguir el naranja entre un rojo y un amarillo limón en un punto óptico medio no hay que verter ni un 25% del rojo respecto al amarillo, y en este sentido le he dado un meneo al amarillo limón que casi me he quedado sin pasta. Y es que hay tintas con poca fuerza, pero hay algo más: psicología = el ojo preservara ciertos colores cercanos al rojo al verde y al azul.
http://www.foucaultacerbi.com.ar/optica-de-precision/vision-del-color.html
Es decir, las frecuencias cercanas al color que están cerca a la cresta de la curva sinusoidal de cada grupo de cono parecen como las del pico. La curva de respuesta si es sinusoidual, tal y como nos la muestran los científicos, no es tipo sierra, y esto hace que las frecuencias tímidamente cercanas a RGB se vean parecidas a las que son realmente rojas, verdes o azules.
Digamos que en cantidades de acrílico el semitono (que no es un semitono aún bueno) que saqué del rojo al naranjarojizo está compuesto lógicamente mucho rojo y poco amarillo, pero para despertar la distancia del rojo no hay que actuar en base a 2 partes vs 1 (66/33%) ni mucho menos 4vs3 o 3vs2 y otras recetas, sino en la manera en que la cantidad añadida suponga al ojo un cambio de estímulo equivalente a 1 semitono, claro que el semitono hay que verlo en el conjunto, porque la diferencia, el incremento o decremento de un color respecto a otro puede parecer suficiente por el contraste aislado de los elementos. Y es que muchas veces no se sabe si el círculo está bien o mal hecho hasta que no se termina.
De tal forma, incluso estoy por la labor de no cambiar nada y cambiar la pieza amarillo limón por la amrilla normal, ser más Bauhasiano que correcto y aprovechar las planchas que he hecho hoy, pues lo que me sucede es que el último naranja, hipotéticamente naranja amarillento está aún lejos del amarillo limón, y si pongo el normal casi lo subsano. Es más si pongo el normal entre medias también, pero no quiero hacer un círculo de 15 partes, sino uno de 12, así que paro, ceno y me tomo de postre una naranja.
Por el medio le había preguntado a mi hermano por dos tonos, cual de los dos le parecía el más naranja. Después pregunté a varias personas si las naranjas se llaman naranjas por el color o el color se llama naranja por la fruta, y no obtuve respuesta, tal vez los chinos lo sepan. Y es que ayer tenía claro que el nombre del color viene de la fruta, pero hoy lo estoy dudando. Pero bueno, pelo una naranja, y compruebo por la piel a qué color de los que he pintado se parece más, y resulta que se parece mucho al hipotético naranja-amarillento del esquema RYB que estaba haciendo. Conclusión, para que el [naranja] del lugar /naranja/ del esquema se corresponda a la piel de la "naranja" tengo que retrasar los naranjas, y los que he pintado estaban muy juntos, cosa que me parecía, pero como iba corrigiéndolos a pocos con toda la timidez no era capaz de hacer. Entonces cojo la plancha, la escaneo y se me ocurre esta confesión, dificultosa, y algunas comprobaciones.
Plancha de 20x20cm y naranjas en ByN (1bit)
Como se aprecia en el tramo que va del color rojo al naranja el color cambia la croma, pero también el brillo, y la textura de la parte superior es la más parecida a la de la piel de las naranjas, pero no lo digo por la textura, sino por el valor del claroscuro.
Se puede apostar por tanto que en esta imagen, ya en escala de grises, la naranja, aparte de sus brillos y sus sombras, se parece al tono superior, que en el esquema estaba predestinado, salvo correcciones finales a ser el semitono del amarillo (aunque me había dado cuenta de que el contraste no era el mismo que del rojo al rojonaranja).
Ya en esta otra imagen se aprecia que el naranja más naranja-fruta es el (del cuadradito) el de la franja superior, pero si el del medio y esquina superior izquierda no es el medio del rojo y el amarillo y el del lateral no es el rojonaranja que va después del rojo, y en la foto parece rojo, pero no es el rojo del esquema... entonces esta pieza solo va bien dirigida hacia un amarillo medio, incluso indio, y el rojo que debería ser /rojo/ de partida un poco más violáceo que el normal.
La otra vez no hice así el proyecto, imprimí las partes, pero la impresora CMY no da los naranjas, y yo quería hacer un circulo cromático no condicionado por el sistema de síntesis, sino algo irisadamente más auténtico.
Sucede que si operamos en CMY, el lugar destinado a llamarse "rojo" no da un /rojovivo/ y que el naranja semitonea con el amarillo. Si yo acepto que del naranja al amarillo hay un semitono el naranja de mi cuadradito está donde debería estar, pero no se dirige a un amarillo medio, sino a un amarillo limón, y en su mezcla está el amarillo limón. Es decir, no hay un mal naranja de mezclar rojo vivo y amarillo limón, quizás porque el limón es también un cítrico. Bromas aparte, la diferencia de enlazar un naranja con un amarillo medio o un amarillo limón depende también de dos cosas: el brillo y la croma. Pues, si el naranja fuera el mismo, un amarillo estaría más cerca que el otro, y a distinto nivel de luz.
La sustitución así de un RYB por otro "RYB" tiene consecuencias en cada lado idílico del triángulo equilátero que configura la terna primaria. No lo vemos en planta, pero si el rojo se oscurece y el amarillo clarea, y por supuesto, si se separan sus distancias como frecuencias, la cuerda crece en croma y brillo, y al final de donde salían cuatro semitonos pueden salir seis perfectamente.
Quizás no he trabajado hoy bien las mezclas, ni con buena luz ni disposición, pero también jugaba con el margen de que si no me valía la planchita para un sistema me valía para el otro, y al final siempre iba a poder pintar encima, pese a que hacer tintas plantas con acrílico es engorroso y de un día para otro con este calor, se guarda muy mal cualquier mezcla.
Más no estaba pensando en publicar los entresijos en directo de una praxis aleatoria y desenfocada, sino el resultado final de la misma y algunas conclusiones que he ido sacando del trabajo, pues lo que esto da son horas de vuelo, momentos de reflexión, y como decía ayer, la capacidad de aprender una verdadera lección de las verdaderas fuentes. Se puede leer mucho sobre las tintas, pero sin practicarlas la lección es distinta. Podría añadir bibliografía o webs donde les cuenten como se hace un círculo a partir de CMY, o de RYB... ya saben buscarlas, es darle a un click. Más, lo gratificante es tomarse la molestia de hacer uno, de hacer dos, y de ver por donde fallan unos círculos y por donde aciertan otros, porqué es difícil complementar el RYB, y porque no semitonea bien el CMY del tramo M al promedio que podemos llamar rojo. Además, en qué momentos de las soluciones de estos dos círculos estamos llamando rojos o naranjas, violetas o "turquesas" a colores que no son exactamente iguales.
Y el tema de la nomenclatura sinceramente me fascina, me fascina porque no hay un naranja a 400hz que podamos decir, he aquí el naranja, aunque de ello se ocupe la CIE o sistemas de regulación como el sistema PANTONE. Podríamos poner número a los colores, y caso de que RYB fuera "R"YB observaríamos que las mezclas de R con YóB no son las mismas que las mezclas de "R" con YóB, pero como jugamos con términos muy comunes al final el naranja es el que se queda en medio del Rojo y del amarillo, pero bien es cierto que si la mezcla es rojovivo amarillo medio el naranja es vivo-medio, y si la mezcla es de un rojocadmio y un amarillo limón el naranja consecuente es cadmiolimón...., así con todo.
Luego no quiero dejar de pasar la experiencia que este invierno he tenido con un amigo que se iba con una chaqueta más allá del color butano otro naranja), y que estaba en la ambigúedad del naranja y del rojo, yo decía que tenía la chaqueta de un color y él que no, que era del otro, más ya no recuerdo quien decía qué. El caso es que si miramos que la selección holandesa usa camiseta naranja, y se le llama la naranja mecánica, tenemos ahí otro uso del "naranja" asociado a una prenda de vestir que emite una frecuencia dada, quizás no la CIE, pero popularmente otro naranja, quizás pasado de tono (hacia el rojo) respecto a la naranja valenciana.
La camiseta es muy naranja, más las mangas son más claritas, que no dejan de ser naranjas. Si lo comparamos con la fruta, está cerca, aunque más allá del zumo cuando transparenta dentro del vaso.
El caso es que el naranja mecánico está entre en naranja de la fruta y el que me ha salido en este boceto como tono dominante, júzguelo usted.
Y, contra todo esto, los dos colores son "naranjas" porque no son rojos ni amarillos.
La polémica que yo tenía con mi amigo era porque el tono de su chaqueta estaba justo en el punto de discusión, tanto para discutir que era roja si él decía que era naranja, como para decir que era naranja si él decía que era roja. No es la situación de deliberar entre un rojo carmín, de granza o bermellón, que se considera otro rojo por su cercanía al rojo vivo. Luego, hay un punto en que el rojo que no es rojo y se hace algo naranja se le puede llamar rojonaranja, roro anaranjado o naranjarojo o naranjarojizo según proporciones. Garau y otros autores siguen un orden lógico de manera que el primer término funcona como sustantivo y el segundo como adjetivo, o modificador, de forma que el la armonía RYB hay Rojo, rojo-naranja, Naranja, naranja-amarillo y Amarillo, y es la única paleta a 12 semitonos que repite varios colores naranjas o anaranjados. De tal manera, el adjetivo anaranjado que a veces sustituye a "naranja" como sinónimo, se utiliza para los terciarios:
Rojo
Rojo anaranjado < Rojonaranja < Naranja rojizo < Naranja < naranja amarillento <naranjaamarillo < amarillo "anaranjado" < amarillo.
Es decir, en algunos casos el adjetivo (de participio) funciona como señal de carga sutil en la tinta de un esquema: negro blanqueado < negro-blanco (gris) < blanco ennegrecido...
Y este empeño solucona que con pocos términos podamos referir círculos cromáticos de 12 partes o 24, de una manera parecida a como los músicos hacen con las siete sílabas. Bien, un Do, Do# o Dob son Does, pero también hay que decir que cada uno tiene su sitio prefijado. El Do de los músicos, Do becuadro, natural, y asolo baila porque hay quien afina a 440 hz y quien lo hace a más o menos para tocar música antigua, si está afónico... para cantar y llegar, mil usos, pero el Do de los músicos está más respectado que el Rojo de la CIE, pues la música es una disciplina compartida y el color es una experiencia cotidiana. Los expertos del color quizás son más sibaritas para definir los colores, y es que es igual de necesario definir el naranja como algo más que algo que baila si queremos que exista un punto medio entre lo que se llama rojo y lo que se llama amarillo medio que no nos baile el sentido de un esquema y las representaciones. Por ejemplo, el naranja a 30º del sistema RGB está a semitono del amarillo y a semitono del rojo, y en un círculo RGB a 12 partes no hay problemas con los anaranjados porque sin cuartos de tono no aparecen. Pero el naranja RGB no tiene presencia en CMY, con lo que se estropea un principio de acuerdo de complementariedad entre estos dos sistemas. Pues parece que uno complementa al otro:
R Y G C B M
... en una especie de escala de tonos, pero no es así. Y no es así porque viven en perfiles de color totalmente distintos, y esto quiere decir que C+M no es B, aunque pudiera parecerlo.
http://daveoverbeck.com/webcolor/01.html
Se acerca mucho a la proposición teórica de esta visión teórica, que es muy cierta, allí cuando el perfil de color de las tintas en CMY es capaz de parecerse a los colores emanados por la adición de luces (hexacrome). La teoría implica pues que la tinta en CMY pone a los secundarios del sistema RGB como primarios, y que por esto los secundarios de las tintas son los primarios del sistema luz: un rojo, un azul y un verde.
https://blog.fotolia.com/es/2016/02/16/es-mejor-rgb-o-cmyk-para-imprimir/
Lo que estoy tratando de decir en estos capítulos es que el cambio de RGB a CMY aunque sea solo de niveles de luz por consecuencia del perfil produce instancias tales que el azul no parece un "Blue", de lo que hay autores que a esta suma ya la llaman violeta o azul violeta (como si virase); el verde es mas de envés que de haz, o de sombra que de luz; y el rojo el de una guinda antes que el de una sandía.
Como es visible en el esquema, el CMYK describe una especie de hexágono derivado del triángulo de base y de hasta donde es capaz de inflar las tintas con sus secundarios. Me voy a permitir el lujo de modificar la imagen:
El verde sube como consecuencia de la capacidad del amarillo de trasladar el blanqueo de la croma a la vez que se mezcla el matiz del color, y el verde no llega al vértice del RGB ya en sistema sRGB ya en sistema Adobe RGB. El magenta, en la esquina inferior derecha (no sé porque lo representan con el color dando vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj) no puede alcanzar el rojo más visible (lengua exterior del diagrama CIE, y tampoco el que procura el sistema RGB, por eso al trabajar en pantalla con determinados formatos de imagen vemos colores que después no puede imprimir una impresora convencional.
No se exactamente hasta donde pueden llegar los óleos de alta calidad, lo cierto es que al igual que el sistema CMY se puede desdoblar a la hexacromía con un naranja y un verde u otro magenta y un cyan (distintas soluciones de distintos fabricantes), el pintor que rellena su paleta no con tres (de la síntesis) tintas, sino con las que va necesitando, va dilatando el campo de cobertura de las mezclas, lo que es lo mismo: ampliando el perfil del color. Puede llegar hasta donde le permita la pureza de los pigmentos y de las tintas, escapándole los colores que rozan el límite de lo visible y pasan a la periferia en la que dominan colores espectrales tan vivaces que solo pueden ser producidos por luz directa.
No lo pongo con exactitud, pero es obvio que al final el sistema RYB tiene no solo una armonía matemática distinta que la del CMY, sino también que cubre una proporción diferente de los colores visibles, primando como bien se intuye a los colores iniciales de la visión, o lo que es lo mismo: la gama cálida.
Pero hay algo que la visión CIE no permite ver, pues representa la gama cromática, no la pureza de las cromas una vez impresas. Además de que hay lenguas hechas con el Photoshop que desvirtúan el centro blanco o la línea púrpura, y que en el estudio de las tintas debería ser un centro negro, para ver lo que sucede. Se ha puesto de moda comparar los perfiles así, pero no es lo más correcto comparar luces que por suma se van hacia el centro blanco con tintas y sus perfiles cuyas sumas o imprecisiones se van hacia un centro oscurecido. El vértice del azul CMY, (M+C) es un azul oscurecido por la síntesis, decaído, de tal forma que es también más apagado este azul en versión tinta saturada en CMY que en RYB, es decir, el B del sistema RYB es más puro porque si es primario y se elige bien es el que es y no lo desvirtúan las mezclas, pero claro, el Cyan en este sistema (RYB) no sale, y lo que sale de mezclar azul con blanco es harina de otro costal, los verdes turquesas distintos de los que se mezclan con el cyan (que es un azul verdoso en cierta medida) , y al final cada uno alcanza mejor los colores vecinos de los vértices en los que se apoyan, y aquellos que por combinación salen de forma espontánea en las cuerdas de los tonos que sirven a a las tríadas de partida.
Luego, a mí me gustan mucho los esquemas cuando ayudan a comprenden fenómenos o funcionamientos, pero sabiendo como han sido tratados para llegar a ese punto de vista o ese tipo de representación. Por ejemplo, el sistema que es el perímetro CIE es la curva de la percepción del color mapeada tras años de trabajo con muchos informadores, y no es un círculo, no esta hecha a compás, ni es un óvalo o una elipsis, es un ovoide truncado y asimétrico muy apartado del perfectísimo círculo.
La visión del color a traves de triángulos (Delacroix) o estrellas (Goethe) y otros polígonos (Lambert, Ittem...) nos leva a idealizar el clor de una forma operativa distinta a la de la curva. Pero aunque el color se comporte de forma rectilínea entre los puntos que unen los colores en juego, también es cierto que a veces se inflan las sensaciones en función a lo que representan estos puntos medios dentro del campo de sensaciones, es decir que ni el círculo representa por inflazón lo que sucede con las tintas secundarias, ni la estrella representa por su esqueletismo que se está consiguiendo algunas cosas. Y es que con el color sucede algo parecido como con el globo terráqueo, que el final es más orgánico de lo que parece, y lo orgánico muchas veces se opone a lo geométrico, muchas veces, no todas, aunque para Kandinsky es suficiente este principio de oposición para distinguir muchas cosas de lo real y de lo imaginario.
Por ejemplo, en el estudio del color se ha pretendido muchas veces casar el comportamiento de las cromas con las frecuencias musicales buscando reglas de proporción exacta, como sucede en las cuerdas, más el ojo no es el oído y al final tampoco el ojo debe establecer entre sus conos un triángulo equilátero que perciba un rojo un azul y un verde a distancias equilibradas dentro de un círculo que equivale a una octava, y por estos motivos todo lo que acontece de afinar el color depende de la percepción más que de las matemáticas, y todo lo que tiene que ver con casar la música y el color a partir de principios físicos se basa en relaciones indirectas, pues, en el espectro visible parece que no cabe sonido audible al armónico de las frecuencias más graves, pues las duplas de los rojos son ultravioletas.
Al movernos con colores sin armónicos las razones para colorear de forma diastemática, por intervalos, son propia imitación de la estética de la música occidental, y si la música está condicionada por las quintas (3/2 de una cuerda) la colorimetría la puede imitar por una cuestión universal de búsqueda, pero no porque el ojo tenga o necesite este condicionamiento propio al oído.
Digamos que los que han hecho escalas de colores y han imitado la música han podido practicar en RYB o CMY de forma libre porque sin armónicos no hay denuncia real empírica que le diga al ojo que la cuarta aumentada no es una quinta justa, pues el ojo vacila entre colores aproximadamente iguale e incluso, como hemos visto, puede que las afinaciones que consideramos buenas no lo sean, o no son iguales en el caso de que cambiamos un color por otro incluso pensando en un mismo sistema de color. Por decoro hacia la música al uso el color divide su círculo en 12 partes, si quiere imitar los cuartos de tono en 24, pero al final estas particiones que imitan en numero a la música que divide la octava en estos números son más diplomáticas que necesarias, pues el color tiene su armonía y el ojo estrecha sus relaciones en un adiestramiento distinto al de los músicos. Bien es cierto que se puede realizar estética de la música a color, pero hay que reconocer los logros dentro de unos límites, saber hasta donde se ha llegado, que es lo que ofrece una imitación de x características y tras conquistar una cota ir a la siguiente.
Para mañana la afinación del azul.
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